Mi surtido de lecturas de 2019


Leí muchísimo en este año repleto de ansiedades. Dice mi conteo (a veces compito conmigo misma) que fueron 138 libros los reseñados, unas 47.529 páginas 😱.

Me cuesta hacer un balance porque fueron pocos los libros que no me gustaron, así que hice un arbitrario ranking de seis libros que me impactaron más que el resto. La única regla es que fueron publicados este año. Aquí va:


  1. Desierto sonoro, de Valeria Luiselli
  2. Historia de una investigación, de Enriqueta Muñiz
  3. Recuerdos del futuro, de Siri Hustvedt.
  4. Los testamentos, de Margaret Atwood
  5. Mañana tendremos otros nombres, de Patricio Pron
  6. Los crímenes de Alicia, de Guillermo Martínez
Esto en cuanto a novelas.

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También hice un mini-ranking, pero con otras reglas. Porque dos de los ensayos sobre feminismos se publicaron sobre finales del año pasado pero la arbitrariedad que me merezco los pone a todos juntos:


  1. Panfleto, de María Moreno
  2. El fin del amor, de Tamara Tenenbaum
  3. Monstruas y centauras, de Marta Sanz
  4. Peronismo y feminismo, compilado por Estela Díaz.
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Para hablar de política (y peronismo), vuelvo a dos editados este año (leí algunos más... pero preparo proyecto y se impone incógnita 🤔):


  1. Sinceramente, de Cristina Fernández de Kirchner
  2. ¿Qué es el peronismo?, de Alejandro Grimson
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Quiero dejar constancia también de algunas otras selecciones que hice en el repaso de este año.

Novelas escritas por argentinas que leí en 2019 y que no hay excusa para no leer (orden aleatorio):

Dejo aparte porque además de nacional es local, y es mi amiga, a Mercedes Bisordi.


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Novelas escritas por nuestros varoncitos (dos de ellas son muy breves, casi perfectas):

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Este año recaí en un viejo vicio: leer todo lo que pudiera de un/a autor/a que me conmoviera. Así leí todo lo que encontré de Nicole Krauss y de Siri Hustvedt. Estas son las novelas que más me gustaron de ellas:


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De igual modo me pasó con Jonathan Franzen y Pierre Lemaitre y estas novelazas:


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Crisis económica mediante, volví a las bibliotecas públicas (hablo de ello más abajo), con lo cual pude leer a algunas españolas que me debía: Carmen Martin Gaite, Carmen Laforet, Dulce Chacon. La verdad, pasar por la vida sin leerlas es imperdonable.


Otra española que leí este año y que me estremeció fue Cristina Morales, con su Lectura fácil.

Y fuera de España, la increíble Alice Walker (clítoris, clítoris, clítoris)


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Tengo que decir también algo de las lecturas que me acompañaron en momentos de mucha tensión: los thrillers, policiales y novelas negras.

La saga completa publicada hasta ahora de Hjort & Rosenfeld.


Mención especial para Santiago Roncagliolo y Donna Tartt, mas Carmen Mola y Fiona Barton.


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Necesito decir algo sobre las dos bibliotecas que me proveyeron de muchos libros este año. Ya conté acá la frustración de no poder comprar todo lo que quiero porque soy fetichista, consumista, o lo que sea. Algo de eso fue aliviado al asociarme a la Biblioteca de la Escuela Almirante Brown el año pasado y al regresar este a mi querida Pedagógica, testigo de mis primeras lecturas cuando era poco más que una niña. Gracias a las bibliotecarias simplemente por estar ahí. Asóciense, por unos pocos pesos.

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Vamos ahora con algunas estadísticas:
  • Leí más escritoras que escritores. Es que es un descubrimiento de los últimos años. El desafío es poder tener en mi biblioteca, al menos paridad. Necesito plata para eso. 😀💲💲
  • Soy, definitivamente, una mujer de novelas.
  • Argentines, españoles, estadounidenses. ¡Revisar mi diversidad geográfica!
  • Soy, también, una mujer de contemporáneos. En el cuadro están por década de publicación: Publicados en 2019: 33


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Les deseo un 2020 de felices lecturas. Que podamos comprar libros sin sentir culpa o sin tener que privarnos de otras cosas. Que vivan las bibliotecas públicas y el Plan Nacional de Lectura.

Y, sobre todo, que reine en el pueblo el amor y la igualdad ✌.

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Las chicas. Emma Cline


¿Qué me impacta en este tipo de libros, en estas autoras?: Que desde la literatura desenmascaran, a quien quiera leerlo así, al patriarcado; que ponen en palabras sentimientos y vivencias que muchas hemos atravesado en algún momento de nuestras vidas, la adolescencia en este caso; que me hacen reconocer, a veces, la suerte de, en medio de la angustia, no haberme cruzado con las personas equivocadas.

Es interesante además porque más allá de la masacre en la que se supone que se inspiró Cline, la novela no va atrás de Russel, o de Charles Manson, sino que busca dar una versión de qué es lo que lleva a "las chicas" a sumergirse en un mundo de mierda: es que estaban en un mundo de mierda, donde nada decidían, y cambiaron por otro mundo en el que parecían que eran más libres de decidir: pero estaban otra vez en la mierda.














Emma Cline. Las chicas. Anagrama, 2016

Reseña de la editorial:
California. Verano de 1969. Evie, una adolescente insegura y solitaria a punto de adentrarse en el incierto mundo de los adultos, se fija en un grupo de chicas en un parque: visten de un modo descuidado, van descalzas y parecen vivir felices y despreocupadas, al margen de las normas. Días después, un encuentro fortuito propiciará que una de esas chicas –Suzanne, unos años mayor que ella– la invite a acompañarlas. Viven en un rancho solitario y forman parte de una comuna que gira alrededor de Russell, músico frustrado, carismático, manipulador, líder, gurú.
Fascinada y perpleja, Evie se sumerge en una espiral de drogas psicodélicas y amor libre, de manipulación mental y sexual, que le hará perder el contacto con su familia y con el mundo exterior. Y la deriva de esa comuna que deviene secta dominada por una creciente paranoia desembocará en un acto de violencia bestial, extremo…
Esta novela es obra de una debutante que, dada su juventud, ha dejado boquiabierta a la crítica por la inusitada madurez con la que cincela la compleja psicología de sus personajes. Emma Cline construye un retrato excepcional de la fragilidad adolescente y del tormentoso proceso de hacerse adulto. También aborda el tema de la culpa y las decisiones que nos marcarán toda la vida. Y recrea aquellos años de paz y amor, de idealismo hippie, en los que germinaba un lado oscuro, muy oscuro. La autora se inspira libremente en un episodio célebre de la crónica negra americana: la matanza perpetrada por Charles Manson y su clan. Pero lo que le interesa no es la figura del psicópata demoniaco, sino algo mucho más perturbador: aquellas chicas angelicales que cometieron un crimen atroz y sin embargo durante el juicio no perdían la sonrisa… Sobre ellas –¿qué les llevó a traspasar los límites?, ¿cuáles fueron las consecuencias de unos actos que las perseguirán siempre?– versa esta novela que deslumbra e inquieta.

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Vagabundas. Fernanda García Lao


Qué inesperada sorpresa esta hermosa novela de Fernanda García Lao, encontrada hace tiempo en una mesa de saldos y olvidada en mis estantes hasta que saltó a mi vista hace pocos días. Me estaba esperando y no defraudó nada.

Se trata de una gran historia, la de una mujer deseante que alimenta sus anhelos de romper sus sujeciones (el marido, el hijo, la casa, el hotel) con las vidas de otras mujeres, las vagabundas. Hasta que deja de desear rompiendo las ataduras para vivir, también, vagabunda.

Aunque poco sabemos de su deambular posterior, nos deja un muy bello relato su ausencia y de la construcción de su valentía.

















Fernanda García Lao. Vagabundas. El Ateneo, 2011

Resumen de la editorial:
Esta sorprendente novela de Fernanda García Lao se abre con un adiós. Eusebia le anuncia a su hijo Demetrio que está pronta a partir y que probablemente nunca regrese. Todo sucede en un hotel solitario, situado sobre la costa de la provincia de Buenos Aires. A partir de allí, las historias se van entrelazando y la ausencia de Eusebia es como un fantasma que todo lo contiene. Ella ha seguido el rumbo de sus heroínas, las vagabundas del título, mujeres que no consideran que deban atarse a sitio ni hogar alguno y cuyas biografías –recopiladas y alteradas por la propia Eusebia- cierran la obra.
Con una prosa exquisita y de una transparencia notablemente trabajada, García Lao logra un texto que atrapa desde la primera página a partir de su sutileza para construir personajes y armar climas. Construye de este modo un mundo muy personal donde el deseo femenino encuentra una nueva manera de contarse.

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El fin del amor. Tamara Tenenbaum


Tamara Tenenbaum tiene 15 años menos que yo y un origen judío ortodoxo. Esas parecen ser diferencias enormes para poder contar las experiencias de vida de una persona. Sin embargo a la hora de hablar de cómo se van moldeando nuestras conductas, expectativas y deseos (o no deseos) como mujeres es indudable que cada generación, con matices está atravesada por ese sistema que hemos aprendido a nombrar: el patriarcado. Y, se sabe, sólo cuando se nombra empieza a existir realmente, y cuando el velo se descorre ya no hay marcha atrás.

El recorrido de la autora va por tópicos como el amor romántico, la monogamia, los distintos tipos de relaciones sexoafectivas, los vínculos que se establecen a partir de las app, los inalcanzables mandatos de belleza, en fin, el mercado de la carne. Los dos últimos capítulos son los más duros: la cultura del consentimiento y la maternidad.

Aunque abunda en citas, siempre oportunas, El fin del amor se deja leer muy bien (y subrayar mucho).





























Tamara Tenenbaum. El fin del amor. Querer y coger. Ariel, 2019

Resumen de la editorial:
Nacida y criada en una comunidad judía ortodoxa en el corazón de Balvanera, Tamara Tenenbaum aprendió las costumbres afectivas y sexuales del mundo laico como una antropóloga que descubre los modos de ser y hacer de una civilización desconocida. A partir de la filosofía y la militancia feminista, de las conversaciones con amigas y compañeras, y del intento de convertir el propio cuerpo y la propia experiencia en un laboratorio de reflexión personal y colectivo, Tenenbaum explora los desafíos que enfrentan hoy los y las jóvenes en el inicio de su vida como adultos.
El fin del amor deja entrever qué sucede cuando el matrimonio o la pareja monógama ya no son un objetivo de vida y es una herramienta para la destrucción creativa del amor romántico y los postulados que lo sostienen, para que de sus cenizas salga un amor mejor, que haga más libres a hombres y mujeres en sus vínculos. Desde el valor de la amistad hasta la cultura del consentimiento, pasando por la maternidad como elección o imperativo, la soltería deseada o aborrecida, el poliamor, las parejas abiertas, el funcionamiento de las tecnologías del deseo (Happn, Tinder), y con una vasta bibliografía sobre estos temas, Tamara Tenenbaum habla de todo para zambullirse en el universo de los afectos, celebrar el fin del amor romántico y proponer la erotización del consentimiento.

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