Trilogía de Zarco. Marta Sanz


No sé por qué estos tres libros (que me encantaron) se popularizaron como la "Trilogía de Zarco" y no como la "Trilogía de Paula Quiñones". Porque, qué personaje Paula y otro tanto Luz Arranz. Hermosas, grandes mujeres.

Leí los tres libros de corrido, en la última semana. Los dos primeros con una predisposición mía más a la lectura de típicas novelas negras, que lo son y muy buenas. Es casi una postura mental cómo me dispongo a ese tipo de lecturas.

Pero siendo Marta Sanz su autora, hay un plus. pequeñas mujeres rojas requirió de mí otra postura, porque sí, es una novela negra. Y sí, también está escrita por Marta Sanz. Pero tiene una densidad impresionante.

Yo no leo de la misma manera un libro escrito en 2012 que uno escrito hoy; tampoco leo hoy del mismo modo en que leía entonces. Supongo que lo mismo pasa en la escritura. Es sólo una suposición.

pequeñas mujeres rojas no habla sólo de las fosas de la guerra civil española. Es la historia de un pueblo y de una familia. Es un abordaje del lenguaje, que a veces corta la respiración. Es la voz de los huesos de niños, niñas y mujeres. Es la violencia hacia las mujeres sin adornos, sin romantizar, con toda la crueldad que no nos cuentan los diarios ni otras páginas literarias. Corta la respiración.

Black, black, black y Un buen detective no se casa jamás son buenas novelas negras. pequeñas mujeres rojas es una novela enorme.

Black, black, black










Marta Sanz. Black, black, black. Anagrama, 2010
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Un buen detective no se casa jamás













Marta Sanz. Un buen detective no se casa jamás. Anagrama, 2012
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pequeñas mujeres rojas













Marta Sanz. pequeñas mujeres rojas. Anagrama, 2020

Resumen de la editorial:
Black, black, black
Los padres de Cristina Esquivel, una geriatra a la que han encontrado estrangulada en su piso de Madrid, contratan al detective Arturo Zarco para que encuentre al asesino. En realidad, lo que esperan es inculpar a Yalal, el albañil marroquí con el que estaba casada Cristina, y que ahora tiene la custodia de la hija de ambos. Zarco es un detective muy poco convencional; cuarentón, gay, y aún estrechamente ligado a Paula, su ex mujer, a la que cuentay con la que discute por teléfono las vicisitudes de la investigación, y hasta los pormenores de sus fascinaciones eróticas. Pero bajo la superficie de las charlas, tras el relato de ir y venir de vecinos sospechosos y de presuntos implicados, la conversación telefónica entre el detective y Paula se convierte en un pretexto para la dominación y la venganza, para el daño que se quieren infligir dos personajes que se odían, se aman, se necesitan y se repelen. Hasta que el forcejeo dialéctico entre Zarco y Paula queda, de repente, interrumpido por el diario de la enfermedad de Luz, una de las vecinas de la geriatra asesinada, y madre de Olmo, el jovencito que fascina y perturba a Zarco.
Un buen detective no se casa jamás
Zarco, aquel detective tan poco convencional de Black, black, black, cuarentón y gay, ex marido de Paula y luego novio de Olmo –tan joven, tan seductor, y ahora tan infiel– se va de viaje. Para olvidar y para que le olviden. También para huir de la compasión irónica de su ex mujer.
Se refugiará en el riurau que la riquísima familia de Marina Frankel, una antigua amiga, tiene en las afueras de una ciudad de la costa mediterránea. Marina pertenece a una estirpe de gemelas monocigóticas: Amparo y Janni, la primera generación; Marina y su hermana Ilse; las hijas de Ilse. Abandonadas por Janni cuando eran niñas, Marina e Ilse han sido criadas por la tremenda Amparo, única heredera del viejo Orts, que con su vitalidad y su rústico talento para los negocios ha multiplicado la fortuna familiar. Ya mayor, Amparo se casa con Marcos Cambra, un bello podólogo que se parece a Delon, y vive en el riurau rodeado de mujeres que representan las dos caras de una extraña moneda familiar: una casi fea, la otra bellísima. El camaleónico poder de las hermanas rodea de misterio a esta familia de espesa femineidad y enigmas múltiples.
Zarco, inesperado detective nunca escueto en palabras, los irá desvelando uno a uno, aunque de repente note, en su interior más recóndito, que también él necesita que alguien lo encuentre...
pequeñas mujeres rojas
Paula Quiñones llega a Azafrán para localizar fosas de la guerra civil. Mantendrá correspondencia con Luz (suegra de Zarco, el detective tan poco convencional que conocemos de Black, black, black y de Un buen detective no se casa jamás, cuarentón y gay, exmarido de Paula a la que contará sus amores con David Beato, descubrirá sus temores respecto a la existencia de un delator y relatará las leyendas familiares. Al mismo tiempo, Analía, madre de David, cuida amorosamente de Jesús Beato, dulce patriarca que acaba de cumplir un siglo, y atiende a los mensajes que este le sopla al oído… Pronto, una atmósfera gelatinosa y endogámica amenaza con aplastar a Paula: el western expresionista se enturbia hasta llegar al extremo de un terror habitado por animales que podrían hablar, pero permanecen mudos; una niña que quiso ser cantante y peona caminera; y una legión de fantasmagóricos niños perdidos y mujeres muertas…

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