La extraña desaparición de Esme Lennox. Maggie O'Farrell


GUAUUU.

Hace ya tiempo leí en una novela sobre "clínicas" o "cárceles" para albergar a mujeres que se salían de los cánones aceptables. No estaba ambientada en el siglo XV. Judi Adler-Olsen relató en Expediente 64 algunas historias de esas mujeres "indeseables" en una institución bien real que funcionó en Dinamarca entre las décadas del 20 y del 60.

O'Farrell nos habla en La extraña desaparición de Esme Lennox de secretos familiares, de sociedades pacatas, de absurdas convenciones, y de un psiquiátrico escocés al que fueron a parar muchas mujeres por cuestiones tan increíbles que sólo pueden ser bien reales. En el siglo XX.

En este tipo de novelas, para mí, la verosimilitud es el factor principal; si está acompañada de una excelente estructura, de una pluralidad de personajes comprensibles y de una narración llevadera, se convierte en un libro para poner en lo más alto.

Necesito volver a lo que para mí es el tema de fondo de la novela (o de casi todo lo que leo últimamente). Cuánto daño, casi siempre irreparable, se hizo y se hace a las mujeres de toda condición social en nombre de una decretada normalidad. Cuánto hemos avanzado en algunas cosas pero cuán atrás estamos aún cuando todavía se cuestiona nuestro goce. #SeVaACaer







Maggie O'Farrell. La extraña desaparición de Esme Lennox. Salamandra, 2009 (2006)

Resumen de la editorial:
La joven escritora Maggie O’Farrell es una de las voces más sobresalientes y reconocidas de la narrativa escocesa en la actualidad. Su brillante imaginación, su talento para construir personajes memorables y transmitir emociones con claridad e intensidad dramática logran mantener sin aliento al lector hasta la última página. En La extraña desaparición de Esme Lennox —su más reciente novela— la autora narra una historia hermosa e inquietante, que evoca con lucidez el peso de las convenciones sociales y la tortuosa complejidad de los lazos familiares.
Ante el inminente cierre del viejo hospital psiquiátrico de Cauldstone, en Edimburgo, las autoridades comunican a Iris que debe hacerse cargo de su tía abuela Esme Lennox, quien será puesta en libertad tras sesenta y un años de internamiento. El desconcierto inicial de la joven, que desconocía la existencia de la anciana, se verá pronto superado por una genuina curiosidad. ¿Qué circunstancia llevó a la reclusión de Esme cuando sólo tenía dieciséis años? ¿Por qué se ocultó su historia ante el resto de la familia durante décadas? Entre los recuerdos de Esme y los escasos momentos de lucidez de su abuela Kitty, Iris reconstruye la vida de las dos hermanas: la infancia en la India y la primera juventud en Escocia, la relación de afecto y rivalidad entre ambas, el rechazo de la joven Esme a las rígidas reglas de la alta burguesía escocesa y, repentinamente, la terrible exclusión. Así, bajo el cúmulo de revelaciones late un misterio cuyo suspense va creciendo a lo largo del relato hasta alcanzar un desenlace tan original como impactante.



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La mujer nueva. Carmen Laforet


Confieso que me resultó un poco pesado este libro, pese a tener muchos de los condimentos que busco en una novela: hay un retrato social y político de una sociedad, hay una mujer intentando salir del corsé de su condición allí, están las secuelas de la guerra civil española, entre otros.

Tiene todo eso y además una prosa impecable.

Pero: el elemento religioso me hizo fastidiar en algunos tramos. Imaginar a una mujer intentar liberarse a través de una religión, más aún de la católica… O tal vez puede leerse como la imposibilidad de una liberación en aquella época. No lo sé.

El final no es el que esperaba, pero creo que es el más verosímil para la España de los años 50, termina no siendo heroico, pero sí realista.











Carmen Laforet. La mujer nueva. Destino, 1964 (1955)


Resumen de la editorial:
(...) "La mujer nueva" es una extraordinaria novela de hondo contenido espiritual que nos introduce a un dramático problema de conciencia. La emocionante historia, humana y real, de la conversión de una mujer creada con tanto vigor y afecto por la pluma magistral de Carmen Laforet, que seh a convertido sin lugar a duda -así se ha reconocido ya en infinidad de ocasiones- en una de la novelistas más importantes y renovadoras del a literatura española de la post-guerra

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Quién no. Claudia Piñeiro


No soy de cuentos. Siempre quiero más de cada historia. Pero tengo que reconocer que, aunque cada uno de estos dieciséis relatos me pedían más, tienen una precisión tal, que lo mío parece ser puro vicio.

Claudia Piñeiro aborda temáticas bien cotidianas: maternidades, paternidades, secretos familiares. El único hilo conductor del libro está plasmado en el título, y en el único párrafo subrayado que comparto: ¿quién no es un poco raro?

Este fue un año (año eterno, donde pasaron tantas cosas) de mucha exposición para Claudia Piñeiro. Fue una de las escritoras que visibilizaron con más claridad la necesidad de que el país tenga una ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo: en Diputados, en el Senado, en innumerables entrevistas, en la propia inauguración de la Feria del Libro. Ya lo había hecho en libros como Elena sabe o Tuya. El tema vuelve a estar presente en este libro de cuentos.

No podría decir cuál me gustó más, pero aquí mis preferidos: Lo de papá es una novedosa mirada sobre las paternidades ausentes/presentes; Dos valijas, sobre una doble vida, con giro inesperado; Basura para gallinas sobre aborto; Claro y contundente sobre un niño al que se intenta “normalizar”; Un zapato y tres plumas me resultó precioso; La madre de Mariano Osorno sobre el significado de las palabras; Ojos azules detrás del voile, muy bello, sobre la redención; El abuelo Martín y Alquiler temporario dignos de novelas de Claudia Piñeiro; Lo mejor de vos sobre mandatos. En fin, casi todos fueron mis preferidos.

Salud y larga vida, Claudia.


Claudia Piñeiro. Quién no. Alfaguara, 2018

Resumen de la editorial
Este volumen reúne todos los cuentos y textos breves escritos por la autora a lo largo de los años, donde va dando cuenta de los temas que siempre le interesan: los secretos familiares, las cosas no dichas, los silencios, las relaciones de pareja y entre padres e hijos, las dificultades de comunicación en nuestra sociedad, los miedos que se ocultan en todas las personas, y también los miedos que afloran sorpresivamente y nos llevan a situaciones impensadas. Textos que tocan esa zona que todos compartimos, en la cual somos siempre un poco raros para los demás.
Claudia Piñeiro, autora premiada nacional e internacionalmente, traducida a muchos idiomas y presente hoy más que nunca en la vida cultural argentina, da paso a la narrativa breve en su vibrante obra narrativa.

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La Plaza del Diamante. Mercè Rodoreda


Por libros como este (y porque tenía con qué) un día dejé las bibliotecas públicas y empecé a comprar, incluso, libros que ya había leído y no volvería a tocar en mucho tiempo. Tenían que estar, también, físicamente cerca mío. Porque yo quisiera que La Plaza del Diamante tuviera un lugar entre mis estantes, también allí. Ahora que es tiempo de m*crisis, vuelvo a las bibliotecas y encuentro tesoros como este y como los que leeré en los próximos días.

Mercè Rodoreda escribió en 1960 una novela con tono inocente, pero con una sensibilidad que a mí me desarman. No puedo desligar (no quiero) algunas lecturas de mi historia, de la de mis mayores. Recientemente me había sucedido con Elena Ferrante y su tetralogía: no podía dejar de imaginar a mi nona Cata. Me pasó algo parecido con Rodoreda. ¿Cómo habrá, ella, decidido casarse con el nono? ¿Habrá desdibujado, tan “naturalmente” su yo? ¿Habrá asumido “naturalmente” con su cuerpo y su cabeza ese lugar que ocupó desde siempre, desde que tengo memoria y hasta su muerte?

En fin. Ya no puedo responder a estas preguntas, pero la literatura a veces me las responde. Novelas como esta (además de Ferrante, pienso en Elsa Morante) me ayudan. Siento pena, conmiseración, por la Colometa y por la nona Cata. La literatura, estos libros, también me hacen sentir empatía y esperanza por Natalia.







Mercè Rodoreda. La plaza del diamante. Sudamericana, 1993 (1962)

Resumen de la editorial:
En la Plaza del Diamante, espacio de valses, músicos y flores, Natalia, la protagonista adolescente, conocerá a Quimet y se convertirá en su esposa Colometa. Es aquí, también, lugar propiciatorio del encuentro, a donde volverá después de varios años, para poder reconocerse a sí misma como mujer adulta. En esta historia individual se pone en escena la vida de seres anónimos cuyos proyectos se ven atravesados por la Guerra Civil. Colometa-Natalia deberá ajustar sin ayuda su tiempo “de adentro” –el de las ilusiones, las esperanzas-, al tiempo “de afuera” –el horror de la guerra que arrasa con lo cotidiano. El texto exhibe con mesura, a través de esta imagen femenina, a subsistencia heroica del pueblo catalán y su lucha contra el hambre y la indiferencia. Es la voz de Natalia la que recorre las páginas del libro sin juzgar, invitando a una lectura constructora de la historia que fue, o de la que pudo haber sido.


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El mar. John Banville


No. No era mi momento con Banville ni con esta novela. Sí, una prosa hermosa, muy poética, pero no. No es mi momento para lidiar con ciertas penas, con ciertas despedidas, con ciertas pérdidas.

Lo dejo por acá. Sé que en algún momento volveré.








John Banville. El mar. Anagrama/Página 12, 2012 (2005)
Resumen de la editorial:
"Bebo como alguien que acaba de enviudar, una persona de escaso talento y más escasa ambición, agrisada por los años, insegura y errante y que necesita consuelo y el efímero alivio del olvido que provoca el alcohol." Max Mordn, el protagonista de esta novela, que se describe a sí mismo con esta impiedad, no es un alcohólico ni un mediocre, pero efectivamente acaba de enviudar, se ha instalado en una playa donde pasaron ciertos episodios  confusos en su infancia y está escribiendo para olvidar, para recordar, para entender, para recobrarse. La muerte, el despertar del deseo, la perversión que sobrevuela todo despertar se hacen presentes y construye una novela asombrosa y formidable.

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El nervio óptico. María Gainza


Hay sobre María Gainza muchos elogios. Y antes de comprar su nueva novela, quise saber por qué. La verdad es que a priori, El nervio óptico no parecía ser para mí: tengo nula educación pictórica. Pero como soy testaruda, allá fui. 

Sin embargo, esta extraña novela me funcionó como un recorrido interior y también como un recorrido por museos y por pinturas que pude ver por primera vez a través del Licenciado Google. Fue, entonces, un curso introductorio a mi educación en este arte y a algunos pintores de los que no tenía noticia. Fue también una mirada hacia una familia acomodada venida a menos en un país como este, mediada por mi historia, que siempre miró desde la vereda de enfrente. 

Por supuesto, ya tengo La luz negra





















María Gainza. El nervio óptico. Mansalva, 2014

Resumen de la editorial:
“Guía subrepticia de los museos públicos de Buenos Aires, celebración de lo menor como categoría estética, El nervio óptico inaugura un género donde confluyen límpidamente la historia del arte y la crónica íntima. Su heroína, dueña de una voz narrativa que parece capaz de todas las proezas estilísticas, es una ‘mujer parada en el ecuador de la vida’ que osa decir su nombre y el de su tribu: la clase alta argentina. Su existencia pasa, a veces con exceso de velocidad, de la comedia social a la ironía trágica. Ciertos días, fiel a su instinto de supervivencia, se precipita en los museos como si fuesen salas de primeros auxilios. Busca con desesperación y esperanza la delectación visual que le procure una dosis de felicidad vital y clandestina. A veces la encuentra en una escena de caza de Dreux, en una marina de Courbet, en un retrato de Schiavoni, en un mural de Sert engarzado en un ambiente de chinoiserie art déco. Y como el gusto sopla donde quiere, suelen ser obras olvidadas en pasillos oscuros, libres de toda sospecha de genialidad. Su mirada no se contenta con el embeleso; quiere hacer justicia poética, rescatarlas de su limbo catalográfico, del purgatorio del canon dominante. Las examina hasta descubrir ese color invisible, esa dimensión desconocida que late debajo de ellas como un corazón delator: su historia. Entonces la escribe y hace su entrada triunfal en la literatura”.


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