#8M - 20 escritoras

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En este Día de la Mujer Trabajadora, comparto una selección de las 20 escritoras que en los últimos años me sacudieron por una u otra razón. Léanlas, van a ser mejores.

Empiezo por las argentinas: 


Mariana siempre es cautivante. Es hermoso escucharla hablar, pero es una experiencia fascinante leerla. Tanto, que muchos de sus cuentos siguen resonando en mí pasado el tiempo. Y tanto que dos meses después, aún sigo pensando en Nuestra parte de noche.


María, siento, es un faro para mí. Debería serlo para muchas de nosotras. No podría elegir entre sus tantos textos irreverentes, pero quizá Oración haya sido el más conmovedor, el más disruptivo de los que leí en los últimos tiempos.


¡Oh, Libertad! Compañera peronista, cómo no sacudirse tras leer Río de las congojas... Cómo salir indemne de sus recorridos a través de la memoria colectiva...


Cuando sea grande, quiero escribir crónicas como Leila Guerriero. Cuando sea grande, quiero leer crónicas como las de Leila. Cuando sea grande, quiero que vuelva el periodismo.


Sara Gallardo en sus facetas de escritora y periodista aporta una mirada al país, a sus clases sociales, imprescindible para su comprensión. Enero y Eizejuaz, las que más me gustaron de sus novelas. Pendientes de terminar sus artículos. 


Sylvia es una de esas escritoras que a mi entender deberían estar en los mejores estantes de las librerías, con luces fosforescentes y flechas indicando "Aquí, aquí, lean a esta mujer".


Gabriela revoluciona con sus historias, con su lenguaje poderoso creando imágenes increíbles. Si tuviera que elegir un libro, me costaría, pero arrancaría con Las aventuras de la China Iron


Claudia, por su masividad, es la escritora que se ha transformado en referente de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Sus novelas tienen para mí diverso grado de calidad, siempre arriba de la media. La que me dejó más conmovida fue Una suerte pequeña.


María Teresa Andruetto suele dejarme muda. ¡Ah, Lengua madre!

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Fuera del país Simone fue la primera mujer a la que leí con devoción. Recuerdo particularmente dos textos que leí siendo muy joven y que siempre espero tener la oportunidad de releer: Los mandarines y La ceremonia del adiós.

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Estas italianas, de dos generaciones diferentes, me devolvieron a mis raíces. Natalia con el retrato de los pequeños pueblos y las familias de quienes pudieron ser mis antepasados. Elsa con sus historias encantadas y duras. Elena (sí, ya sé que ahora ya no se la ilustra con un signo de pregunta; escribí sobre eso acá) me conmovió hasta las tripas, me descorrió velos, me hizo compadecer a mis mayores, sobre todo a las mujeres.




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Apasionada como soy por las historias de la guerra civil española (una guerra interminable, un tema inagotable) Almudena es entre las mujeres mi referente. Perturba, inquieta, impresiona.


Marta tiene un poderoso talento para relatar al cuerpo y lo que la mente le hace. Bravo.


Por Joan, madre de tantas escritoras y periodistas, devoción.


Siri relata principalmente historias de mujeres que en algún momento de sus vidas dicen no. Las consecuencias son diversas y ella las cuenta magistralmente. 


Otro ícono. A Margaret la leí antes de la revolución que significó la serie televisiva El cuento de la criada, con otra novela quizá no tan impactante pero no menos importante: La mujer comestible.


Valeria es uno de mis últimos descubrimientos y sólo leí un libro, pero fue el libro del año pasado. Promete mucho.


 Virginia, la que nos enseñó hace tanto tiempo que necesitamos un cuarto propio.

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Felices lecturas. Nos queremos vivas, nos queremos libres, nos queremos desendeudadas.

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