Nuestra parte de noche. Mariana Enriquez


Después de los relatos de Las cosas que perdimos en el fuego no pude parar de leer a Mariana Enriquez.

Y esta es una novela tremenda. No encuentro un adjetivo que le cuadre mejor. Aunque me llevó más tiempo que el promedio de mis lecturas, no pude dejar de leerla. Mejor dicho: no pude dejar de pensarla en ningún momento.

Soy contemporánea de Mariana, pero también de Gaspar, por lo que respiré en Nuestra parte de noche el país que nos tocó, con todo lo que ellos significa, no sólo en la política, también en su cultura, su música, hasta en los cumpleaños de 15. Da la sensación de que el relato "paralelo" que describe Enriquez y que podría explicar ciertos episodios del país no tiene nada de alucinante.

No tuve miedo, pero tuve mucha, mucha angustia en la lectura. Y me dura, creo que permanecerá y es posible que no se borre rápidamente ni con muchas lecturas.

Pese a la Oscuridad, he aquí otro adjetivo, la novela es brillante.














Mariana Enriquez. Nuestra parte de noche. Anagrama, 2019


Resumen de la editorial:
Un padre y un hijo atraviesan Argentina por carretera, desde Buenos Aires hacia las cataratas de Iguazú, en la frontera norte con Brasil. Son los años de la junta militar, hay controles de soldados armados y tensión en el ambiente. El hijo se llama Gaspar y el padre trata de protegerlo del destino que le ha sido asignado. La madre murió en circunstancias poco claras, en un accidente que acaso no lo fue.
Como su padre, Gaspar está llamado a ser un médium en una sociedad secreta, la Orden, que contacta con la Oscuridad en busca de la vida eterna mediante atroces rituales. En ellos es vital disponer de un médium, pero el destino de estos seres dotados de poderes especiales es cruel, porque su desgaste físico y mental es rápido e implacable. Los orígenes de la Orden, regida por la poderosa familia de la madre de Gaspar, se remontan a siglos atrás, cuando el conocimiento de la Oscuridad llegó desde el corazón de África a Inglaterra y desde allí se extendió hasta Argentina.
El lector encontrará en estas páginas casas cuyo interior muta; pasadizos que esconden monstruos inimaginables; rituales con fieros y extáticos sacrificios humanos; andanzas en el Londres psicodélico de los años sesenta, donde la madre de Gaspar conoció a un joven cantante de aire andrógino llamado David; párpados humanos convertidos en fetiches; enigmáticas liturgias sexuales; la relación entre padres e hijos, con la carga de una herencia atroz; y, de fondo, la represión de la dictadura militar, los desaparecidos y, más adelante, la incierta llegada de la democracia, los primeros brotes del sida en Buenos Aires... El terror sobrenatural se entrecruza con terrores muy reales en esta novela perturbadora y deslumbrante, que consagra a Mariana Enriquez como una escritora fundamental de las letras latinoamericanas del siglo XXI.

1 comentario:

  1. Felicitaciones por la selección de trazos de esta excelente novela. Coincido en lo brillante que es. Una pava aclaración. Los "troskos" que no saben de política, en el contexto en que la historia está narrada caían presos en Cutral Co, Plazq Huincul y Tartagal -no solo ellos, producto de los primeros piquetes que luego tumbaron a De La Rua con la consigna Fuera De la rua-Cavallo. Visto como se metamorfosea el peronismo para "participar" de todos los gobiernos...es certera la frase, los troskos no saben de (esa) política.

    Fenomenal aun así ese ambiente platense pequeño burgués y peronista retratado por la genia de Enriquez.

    Ahorita leeré tu comentario del trosko Martin Kohan :)

    Saludos

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