Chesil Beach. Ian McEwan


En el marco de los 30 años de Página/12, sale una nueva colección del diario con Anagrama, esta vez de escritores ingleses. Libros baratos, tentación irresistible. De los tres que ya tengo en casa, arranqué con McEwan.

Puede decirse que es una novela ¿anacrónica? Tal vez, porque es previa a la "revolución sexual", está situada entre 1961 y 1962. El matrimonio de dos jóvenes vírgenes y las dificultades en torno a esa condición podría resultar extemporáneo escrito en 2008. Sin embargo se habla de algo más en este libro: se habla de una época y de cómo ésta va moldeando personalidades; se habla de otro fenómeno que no pierde actualidad, y es nuestra incapacidad para comunicarnos, de cómo van creciendo los silencios hasta cambiar el curso de unas vidas.

Si dejo de lado que para algunas personas la historia pueda resultar anacrónica, es imprescindible decir que la forma que McEwan tiene de diseccionar mentes, de construir tramas desde lo íntimo, me resulta fascinante. Volveré a él con Expiación, apenas pueda.








Ian McEwan. Chesil Beach. Página/12-Anagrama, 2017

Resumen de la editorial:
Tienen poco más de veinte años, y se conocieron en una manifestación en contra de las armas nucleares. Florence es una chica de clase media alta, su padre es un exitoso hombre de negocios y su madre una activa profesora universitaria. Edward, en cambio, pertenece a una familia que apenas se sostiene en la zona baja de la clase media; su padre es maestro y su madre, tras un insólito accidente, vive desde hace años en una nebulosa. Florence es violinista, y Edward ha estudiado historia. Y ambos son inocentes, y vírgenes, y se aman. Es un día de julio de 1962, un año antes de que, según Philip Larkin, en Inglaterra se empezara a follar, cuando El amante de Lady Chatterley aún estaba prohibido, no había aparecido el primer LP de los Beatles, y el tsunami de la revolución sexual no había llegado a esas costas. Edward y Florence se han casado y van a pasar su noche de bodas en un hotel junto a Chesil Beach, y lo que sucede esa noche entre estos dos inocentes, en unos años donde hablar sobre problemas sexuales era imposible, es la materia con que McEwan construye su chejoviano, delicadísimo, terrible mapa de una relación, del amor, del sexo, y también de una época, y de sus discursos y sus silencios.

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A contraluz. Rachel Cusk


¿Qué escuchamos de lo que nos cuentan? ¿Cómo relatamos nuestras vidas? ¿Qué, cómo recortamos esa narración? ¿Cómo y qué interpretamos lo que nos es contado?

Estas y algunas preguntas más se disparan con la lectura de esta novela singular donde están presente la familia, el matrimonio, el divorcio, la maternidad y donde la protagonista apenas (¿apenas?) se muestra como la que va escuchando retazos de distintas vidas e intentando descifrarlos a través de sus experiencias vitales.



























Rachel Cusk. A contraluz. Libros del Asteoride, 2016

Resumen de la editorial:
Una escritora inglesa llega a Atenas en pleno verano para impartir unos cursos de escritura. Durante su estancia en la capital griega, la gente que va encontrándose decide sincerarse con ella y contarle aspectos importantes sobre sus propias vidas.En el calor sofocante de la ciudad, los diferentes interlocutores confiesan sus amores, sus ambiciones y miedos a la narradora, de quien apenas sabemos que está separada y es madre de dos hijos. De este modo, una secuencia de voces ajenas va trazando un complejo tapiz humano que acabará perfilando por contraste la personalidad de la narradora y los sucesos más decisivos de su vida: el sentimiento de pérdida, la búsqueda de un sentido a la vida familiar, la dificultad de establecer lazos de confianza o el misterio de la creatividad. A contraluz nos habla de cómo construimos nuestra forma de ser a partir de nuestra propia vida y de la de los demás.Publicada en 2014 y aclamada por la crítica, A contraluz confirma a Rachel Cusk como una de las escritoras más brillantes de la literatura contemporánea. 

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Léxico familiar. Natalia Ginzburg


Cualquiera que lea a Natalia Ginzburg entiende que se es con aquellos que fueron antes de una. Y que una es con la historia y con su historia.

Con esta novela autobiográfica, que Natalia espera que sea leída como novela, y así fue, se me dispararon decenas de reflexiones, de preguntas (muchas hechas a mi papá, que se resiste a recordar pero me prometió una charla en breve).

Llama la atención lo poco que habla de sí misma (simplemente dice: "Leone y yo  nos casamos y nos fuimos a vivir a....") pero lo omnipresente que está y no sólo como testigo.

Léxico familiar es una ventana a una familia, a una generación o dos, a una geografía, a un sistema político, con una proximidad exenta de épica, pero que dispara, en mi caso muchas preguntas. Con la última novela de Cercas leída hace poco, y en paralelo con esta, me pregunto (entre tantas otras cosas) cómo habrán vivido en esa misma época, en esa misma Italia, mis nonos, el nacimiento, el auge y la caída del fascismo; me pregunto si en una familia pobre como la de mis antepasados la dicotomía fascismo-antifascismo habrá estado tan presente como en la familia Levi, de clase media, con otras urgencias, con otros padecimientos. Y muchas preguntas más que espero comenzar a responder en algún momento.

Natalia, a medida que la leo (dosificándola, porque cuando termine con todos sus libros ya no habrá más, aunque quede la relectura) es cada vez más parte de mí y de mi historia.

(del prólogo, de Elena Medel)











Natalia Ginzburg. Léxico familiar. Lumen, 2016

Resumen de la editorial:
«Aunque esté basado en hechos reales, me gusta pensar que Léxico  familiar va a leerse como una novela, pidiéndole a este libro todo lo que solemos pedir a la ficción.»
Así se expresaba Natalia Ginzburg hablando de este magnífico texto que cuenta su infancia y su juventud, y donde aparecen los nombres reales de parientes y amigos, entre ellos Cesare Pavese y Elio Vittorini.
Léxico familiar habla de los Levi, una familia judía y antifascista que vivió en Turín, en el norte de Italia, desde 1930 hasta 1950. Natalia era una de las hijas del profesor Levi y fue testigo privilegiado de los momentos íntimos de la familia, de ese parloteo entre padres y hermanos que se convierte en un idioma secreto. A través de este léxico tan peculiar vamos conociendo al padre y a la madre de Natalia, unas personas que inundan de vitalidad el libro; veremos también a los hermanos de la autora, a su primer esposo, a políticos de gran valía.
Así es como la historia de la Italia antifascista se pasea en bata por las páginas de un libro fascinante, falsamente simple, donde las anécdotas cotidianas se mezclan sin pudor con  reflexiones de mucho calado, y donde el talento de Natalia Ginzburg llega a su expresión más libre.

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Gutiérrez a secas. Vicente Battista


Nunca me defrauda Vicente Battista. Había leído unos pocos cuentos suyos y dos novelas policiales en el último año. Y esta, en materia de género, podría tranquilamente catalogarse como novela negra, aunque Gutiérrez sea un hombre tan gris.

Gutiérrez a secas, donde abundan la rutina y las obsesiones, donde pasa poco, tiene la virtud de haber sido escrita por Battista, y eso es toda una garantía.

Vicente Battista. Gutiérrez a secas. RBA, 2002

Resumen de la editorial:
Gutiérrez es un oscuro escritor que detrás de numerosos seudónimos o nombres falsos redacta libros según reglas implacables que le impone Marabini, su editor. La vida de Gutiérrez se reduce a la composición de volúmenes sin importancia, de venta masiva y fugaz, corregidos drásticamente por empleados de la editorial.
También navega por Internet, sostiene una incierta relación sentimental e intenta descubrir el sitio secreto, el centro del sistema, donde se ocultan los voraces correctores.
Para contar la historia de este hombre opaco, Vicente Battista pone en movimiento una escritura brillante que consigue crear una trama obsesiva, envolvente y pulcra en todos sus detalles. Gutiérrez a secas consolida el sitio de honor que Vicente Battista ocupa en la literatura argentina contemporánea.


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El monarca de las sombras. Javier Cercas


Leo innumerables críticas y reseñas de este libro de Javier Cercas y ahí está lo que no me interesa de la crítica literaria: que una reivindicación del fascismo de su antepasado, que si una maravilla que viene a cerrar con algo de humanismo una disputa política, bueno, una guerra civil. Y yo, que para qué busco reseñas, sólo leo. Leo con mi historia y leo sobre todo con lo que falta en mi historia.

Qué cosa, pero cada vez que leo a Cercas me pasan cosas. A mí, que no tengo ni un mililitro de sangre española, pero que llevo en mi sangre tantos mililitros de cosas que no conozco y que quisiera poder conocer haciendo el camino de Cercas. Porque eso me atrae de estas novelas que tienen mucho de no-ficción: las búsquedas, sus relatos; porque me alientan a que alguna vez emprenda mi búsqueda.

Leí este libro mientras continúo leyendo a Natalia Ginzburg, más cercana a algunos mililitros de mi sangre. Son un autor y una autora absolutamente diferentes, por muchos motivos. Primero, generacionalmente; luego, la una mujer con todo lo que ello conlleva y más en las décadas que vivió y cómo vivió la guerra, su guerra; geográficamente, literariamente. En fin, son bien distintos pero a mí ambos me llegan desde distintos lugares pero a decirme lo mismo: yo soy con la historia, yo soy con mi historia.

Qué hermosa que es la literatura.





















Javier Cercas. El monarca de las sombras. Random House, 2017

Resumen de la editorial:
Más de quince años después de la publicación de Soldados de Salamina, Javier Cercas regresa a la Guerra Civil con una novela más íntima y personal, que indaga en el pasado más incómodo de su familia.
Ninguna familia escapa a su herencia.
Sobre los vencedores y los vencidos, y los secretos que todos callamos.
Esta es la novela que Javier Cercas se había estado preparando para escribir desde que quiso ser novelista.
O desde antes.
El monarca de las sombras narra la búsqueda del rastro perdido de un muchacho casi anónimo que peleó por una causa injusta y murió en el lado equivocado de la historia. Se llamaba Manuel Mena y en 1936, al estallar la guerra civil, se incorporó al ejército de Franco; dos años después murió combatiendo en la batalla del Ebro, y durante décadas se convirtió en el héroe oficial de su familia. Era tío abuelo de Javier Cercas, quien siempre se negó a indagar en su historia, hasta que se sintió obligado a hacerlo.
El resultado de esa indagación es una novela absorbente, pletórica de acción, de humor y de emoción, que nos enfrenta a algunos de los temas esenciales de la narrativa de Cercas: la naturaleza radiante, poliédrica y misteriosa del heroísmo, la terca pervivencia de los muertos y la dificultad de hacerse cargo del pasado más incómodo.
Exploración a la vez local y universal, personal y colectiva, novela belicosamente antibelicista, El monarca de las sombras da una vuelta de tuerca inesperada y deslumbrante a la pregunta sobre la herencia de la guerra que Cercas abrió años atrás con Soldados de Salamina.


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