Léxico familiar. Natalia Ginzburg
Cualquiera que lea a Natalia Ginzburg entiende que se es con aquellos que fueron antes de una. Y que una es con la historia y con su historia.
Con esta novela autobiográfica, que Natalia espera que sea leída como novela, y así fue, se me dispararon decenas de reflexiones, de preguntas (muchas hechas a mi papá, que se resiste a recordar pero me prometió una charla en breve).
Llama la atención lo poco que habla de sí misma (simplemente dice: "Leone y yo nos casamos y nos fuimos a vivir a....") pero lo omnipresente que está y no sólo como testigo.
Léxico familiar es una ventana a una familia, a una generación o dos, a una geografía, a un sistema político, con una proximidad exenta de épica, pero que dispara, en mi caso muchas preguntas. Con la última novela de Cercas leída hace poco, y en paralelo con esta, me pregunto (entre tantas otras cosas) cómo habrán vivido en esa misma época, en esa misma Italia, mis nonos, el nacimiento, el auge y la caída del fascismo; me pregunto si en una familia pobre como la de mis antepasados la dicotomía fascismo-antifascismo habrá estado tan presente como en la familia Levi, de clase media, con otras urgencias, con otros padecimientos. Y muchas preguntas más que espero comenzar a responder en algún momento.
Natalia, a medida que la leo (dosificándola, porque cuando termine con todos sus libros ya no habrá más, aunque quede la relectura) es cada vez más parte de mí y de mi historia.
(del prólogo, de Elena Medel)
Natalia Ginzburg. Léxico familiar. Lumen, 2016
Resumen de la editorial:
«Aunque esté basado en hechos reales, me gusta pensar que Léxico familiar va a leerse como una novela, pidiéndole a este libro todo lo que solemos pedir a la ficción.»
Así se expresaba Natalia Ginzburg hablando de este magnífico texto que cuenta su infancia y su juventud, y donde aparecen los nombres reales de parientes y amigos, entre ellos Cesare Pavese y Elio Vittorini.
Léxico familiar habla de los Levi, una familia judía y antifascista que vivió en Turín, en el norte de Italia, desde 1930 hasta 1950. Natalia era una de las hijas del profesor Levi y fue testigo privilegiado de los momentos íntimos de la familia, de ese parloteo entre padres y hermanos que se convierte en un idioma secreto. A través de este léxico tan peculiar vamos conociendo al padre y a la madre de Natalia, unas personas que inundan de vitalidad el libro; veremos también a los hermanos de la autora, a su primer esposo, a políticos de gran valía.
Así es como la historia de la Italia antifascista se pasea en bata por las páginas de un libro fascinante, falsamente simple, donde las anécdotas cotidianas se mezclan sin pudor con reflexiones de mucho calado, y donde el talento de Natalia Ginzburg llega a su expresión más libre.
No me resulta tan extraño que en este libro autobiográfico (no lo he leído), Natalia hable tan poco de sí misma. Por lo que sé de su vida, además de considerarse "pequeña", era muy "profesional" a la hora de escribir e intuyo que prefirió poner una red antes de lanzarse al vacío y mostrarse "desnuda".
ResponderEliminarUn abrazo
Así es Ana. Otro abrazo
Eliminar