Clarice Lispector. Colección Antiprincesas


Hoy salimos con Fiamma a comprar su regalo de cumpleaños. Unos librazos que tengo ganas de no regalarle... Ya los compartiré. En las estanterías encontramos esta nueva entrega de la colección Antiprincesas, y justo de Clarice, a la que acabo de leer. Así que me lo dejo para mí unos días y después se va a poblar la biblioteca de Fiamma,que cada día está más linda.





Nadia Fink y Pitu Saá. Clarice Lispector para chicos y chicas. Chirimbote, 2016



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Los cachorros. Mario Vargas Llosa


Era hora de que retomara a un autor que en su presente aborrezco como persona, pero que en lo poco que leí de él era otro diferente a ese que hoy me revuelve el estómago cuando lo veo y lo escucho.

Me decidí por esta breve novela que me gustó mucho en su tema, en su prosa, en su estilo. Y me dio mucha nostalgia también el formato: los Periolibros que traía Página 12 en los 90, de los que tengo todos. Una iniciativa de la UNESCO y el Fondo de Cultura Económica que por aquellos años distribuyeron en este formato de suplemento de diario a los más interesantes escritores iberoamericanos: Jorge Amado, Borges, Camilo José Cela, Julio Cortázar, Rubén Darío, Carlos Fuentes, Clarice Lispector, José Martí, Pablo Neruda, Nicanor Parra, Fernando Pessoa, entre muchos otros. Además con preciosas ilustraciones. Este ejemplar, con las de Floriano Teixeira.





Mario Vargas Llosa. Los cachorros. UNESCO-FCE, 1994


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El libro de los Baltimore. Jöel Dicker


Jöel Dicker no puede ser tan joven y escribir estas historias tan apasionantes, tan humanas, tan misteriosas, tan atrapantes. Ya me había sucedido hace un tiempo cuando leí La verdad sobre el caso Harry Quebert. No se pueden dejar de leer y una va acompañando la trama, las idas y venidas en el tiempo, aquella novela con un relato más policial, esta absolutamente familiar pero construida también como un thriller, un thriller familiar, podría decir.

Absolutamente recomendable.







Resumen de la editorial
«Si encontráis este libro, por favor, leedlo. Querría que alguien supiera la historia de los Goldman-de-Baltimore.»
Hasta que tuvo lugar el Drama existían dos ramas de la familia Goldman: los Goldman de Baltimore y los Goldman de Montclair. Los Montclair, de los que forma parte Marcus Goldman, autor de La verdad sobre el caso Harry Quebert, es una familia de clase media que vive en una pequeña casa en el estado de Nueva Jersey. Los Baltimore, prósperos y a los que la suerte siempre ha sonreído, habitan una lujosa mansión en un barrio de la alta sociedad de Baltimore.
Ocho años después del Drama, Marcus Goldman pone el pasado bajo la lupa en busca de la verdad sobre el ocaso de la familia. Entre los recuerdos de su juventud revive la fascinación que sintió desde niño por los Baltimore, que encarnaban la América patricia con sus vacaciones en Miami y en los Hamptons y sus colegios elitistas. Con el paso de los años la brillante pátina de los Baltimore se desvanece al tiempo que el Drama se va perfilando. Hasta el día en el que todo cambia para siempre.


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La pasión según G. H. Clarice Lispector


Estas son las lecturas a las que les escapo: porque como la protagonista, espero que suene el teléfono, que toquen el timbre, que pase algo que me permita eludir ese autoreconocimiento.

Por eso es una lectura densa y poco cómoda. Pero alguna vez hay que dar el salto. Una autora que me debía y a la que volveré. Ya me decidiré si en ebook o en papel, quiero ya sus Cuentos reunidos, cuyo precio es prohibitivo (revolución de la alegría, otra vez), pero quizás me pase el mes comiendo arroz... ya se verá.


















Clarice Lispector. La pasión según G. H. El Cuenco de Plata, 2010

Resumen de la editorial
“La historia que cuenta La pasión según G. H. de Clarice Lispector es sencilla: una mujer de un barrio acomodado de Río de Janeiro descubre en su departamento, en el cuarto de la criada, una cucaracha. En un momento, G. H. (nunca sabremos el nombre completo de la narradora y protagonista) aplasta a la cucaracha con una puerta, la toma entre sus manos y la devora. El hecho desencadena las cavilaciones escritas de la protagonista que cuenta lo que le sucedió como un viaje inmóvil hacia la pulsación de la vida. Con estos pocos elementos, Clarice compone un libro lleno de misterio y de raras intensidades, un clásico del siglo XX.”. Gonzalo Aguilar
“Si Kafka hubiese sido mujer. Si Rilke fuese una brasileña judía nacida en Ucrania. Si Rimbaud hubiese sido madre, si hubiese llegado a los cincuenta años. Si Heidegger hubiese dejado de ser alemán, si hubiese escrito la novela de la Tierra (...) Es en ese espacio donde Clarice Lispector escribe. Allí, donde respiran las obras más exigentes, ella avanza. Allí donde el filósofo pierde el aliento, ella continúa, más lejos todavía, más allá de todo saber. Hélène Cixous


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Los chicos que cayeron en la trampa. Jussi Adler-Olsen


Segunda novela de la serie "Departamento Q" y nuevamente recomendable: su trama, su estructura, la construcción de los personajes, el principal y sus ayudantes. Creo que  Mørck va camino a ser uno de mis nuevos detectives preferidos.






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Las cosas que perdimos en el fuego. Mariana Enriquez.


Me cae bárbara Mariana Enriquez (me repito, pero son dos tipos queribles). Cada vez que la escucho hablar de literatura en la radio me parece excelentemente despojada y me encantó la semblanza que de ella hizo acá Juan Forn. Nunca la había leído, está catalogada como escritora de "terror" y yo a ese género le escapo (por miedo, obvio). Y para ser sincera tampoco me había encontrado sus libros en ningún momento.

Me topé con este, el último, hace un mes. Y lo venía postergando, hasta que fue entrevistada este fin de semana y siguiendo las recomendaciones de Mario Wainfeld, su entrevistador y lector, no la leí de noche. Pero tampoco pude dejar de leer el libro. Un día me duró, un solo día.

¿Son cuentos de terror estos doce que presenta Mariana Enriquez? Y sí, porque lo cotidiano suele dar terror, o cuando lo cotidiano se tuerce apenas un poquito. Algo siempre puede pasar, y va a pasar, te dice todo el tiempo.

Y esa es la continuidad del libro: mujeres, niñas y adolescentes protagonistas, por un lado; el miedo a que algo va a pasar (y pasa) y la línea tan difusa que separa la cordura de la ¿locura? Y el machismo ahí, acechando, implícito, explícito. Y la política metida ahí, en esos cuerpos.

Gran, gran libro. Y muy brutal el cuento que le da nombre.

No me defraudó Mariana Enriquez. Detrás de esa voz despojada de la radio, que habla de libros leídos, por leer o que jamás leeré, estaba una escritora que no me podía defraudar.

Los años intoxicados


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Pablito clavó un clavito: una evocación del Petiso Orejudo


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Tela de araña

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Verde rojo anaranjado



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Las cosas que perdimos en el fuego




Mariana Enriquez. Las cosas que perdimos en el fuego. Anagrama, 2016

Resumen de la editorial
El mundo de Mariana Enriquez no tiene por qué ser el nuestro, y, sin embargo, lo termina siendo. Bastan pocas frases para pisarlo, respirarlo y no olvidarlo gracias a una viveza emocional insólita. Con la cotidianidad hecha pesadilla, el lector se despierta abatido, perturbado por historias e imágenes que jamás conseguirá sacarse de la cabeza. Las autodenominadas «mujeres ardientes», que protestan contra una forma extrema de violencia doméstica que se ha vuelto viral; una estudiante que se arranca las uñas y las pestañas, y otra que intenta ayudarla; los años de apagones dictados por el gobierno durante los cuales se intoxican tres amigas que lo serán hasta que la muerte las separe; el famoso asesino en serie llamado Petiso Orejudo, que sólo tenía nueve años; hikikomori, magia negra, los celos, el desamor, supersticiones rurales, edificios abandonados o encantados... En estos once cuentos el lector se ve obligado a olvidarse de sí mismo para seguir las peripecias e investigaciones de cuerpos que desaparecen o bien reaparecen en el momento menos esperado. Ya sea una trabajadora social, una policía o un guía turístico, los protagonistas luchan por apadrinar a seres socialmente invisibles, indagando así en el peso de la culpa, la compasión, la crueldad, las dificultades de la convivencia, y en un terror tan hondo como verosímil. Mariana Enriquez es una de las narradoras más valientes y sorprendentes del siglo XXI, no sólo de la nueva literatura argentina a cargo de escritores nacidos durante la dictadura sino de la literatura de cualquier país o lengua. Mariana Enriquez transforma géneros literarios en recursos narrativos, desde la novela negra hasta el realismo sucio, pasando por el terror, la crónica y el humor, y ahonda con dolor y belleza en las raíces, las llamas y las tinieblas de toda existencia.

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