Vestido de novia. Pierre Lemaitre


Escalofriante y con mucho ritmo esta novela que me llega por uno de los blogs que sigo y porque andaba buscando algo bien negro para leer. La primera parte, con una sensación ambigua, de empatía y compasión por una asesina. La segunda parte, totalmente inesperada. Tercera y cuarta, bien, muy bien. Para leer de una sentada, en días de invierno y lluvia, ideal. Para días primaverales como estos, también está bárbaro.

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Esta historia. Alessandro Baricco


Alessandro Baricco nunca me defrauda. En algún lugar leí que la tristeza que provoca llegar a la última página de uno de sus libros, es comparable con la certeza de alegría que una tendrá al abrir una nueva novela de Baricco. O algo así. Nada más acertado.



















Alessandro Baricco. Esta historia. Anagrama, 2007

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Tres cuentos de Andrés Rivera


Buscando otra cosa, me encontré con unos cuantos libritos que no recordaba, editados por la revista Tres puntos hace unos cuantos años. Arranqué con estos de Rivera. "Así, todavía", de lo mejor leído en los últimos tiempos.


La lenta velocidad del coraje

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Así, todavía

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Con un esqueleto bajo el brazo

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Andrés Rivera. La lenta velocidad del coraje. Así, todavía. Con un esqueleto bajo el brazo. Tres puntos, s/f



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Trabajos manuales. Rodrigo Fresán


No me queda claro cómo "catalogar" este libro: ¿relatos que conforman una novela? ¿pequeños relatos con el fresanismo como denominador común? ¿Importa? No.

Como siempre, Fresán me resulta imprevisible y delirante. Y me encanta.

De todas las partes en que está dividido el libro, la mejor: La forma de lo abstracto.
















Joven, ¿no? "So many books... so little time!"
Rodrigo Fresán. Trabajos manuales. Planeta, 1994

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Lenta biografía. Sergio Chejfec


Lenta, muy lenta biografía... Me llega este libro después de leer esta nota en el décimo aniversario de la muerte de Juan José Saer. A partir de eso leí a Dupont, a Becerra y ahora a Chejfec. Creo que voy a tener que volver a leerlo alguna vez; no era este mi momento con Chejfec.

Dejo un fragmento de una entrevista realizada a Chejfec donde habla sobre su literatura comparada con la de Saer.

—En una entrevista, hace unos años,  un periodista de Página/12 te comparó con Juan José Saer. Vos le respondiste que te sentías halagado pero que no te parecía bien, porque la de Saer es la obra de un gran escritor y la tuya es la de sólo un escritor. ¿Por qué?

—Saer fue un gran escritor en varios sentidos. Por la coherencia de sus libros, por su densidad estética y también por el universo concreto, cerrado y autónomo que él eligió representar, dicho esto sin ninguna connotación negativa. Yo tengo otro tipo de expectativas. Por ahora no me interesa que mis libros cierren: me propongo, más bien,  que mis libros estén abiertos. Que planteen más dudas que certezas, que no sean asertivos. Saer tampoco plantea ninguna certeza, al contrario, pero en algún punto es un escritor con un programa clásico. Aunque pertenezca a una literatura posvanguardista, porque es una literatura consciente de que la novela clásica ya se escribió, y que tiene que escribir a partir de las fisuras y poner en el centro esas fisuras y trabajar contra los modelos clásicos. Pero de todas maneras es como si Saer abriera y cerrara sus libros. Son obras compactas. En cambio yo me propongo o me salen los libros como si fueran alusiones, discursos más o menos eventuales, flotantes, arbitrarios, sobre fragmentos de la realidad. En ese sentido quería decir que Saer es un gran escritor. Y yo no.











Sergio Chefjec. Lenta biografía. Alfaguara, 2007


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