El fin del "Homo sovieticus". Svetlana Aleksiévich

 

El trabajo de Svetlana Aleksiévich en cada una de sus obras es para sacarse el sombrero siempre. Hace honor al oficio en decadencia y en vías de extinción en que se transformó el periodismo.

Personas de toda la ex URSS cuentan sus vidas y la autora deja que sus testimonios descarnados fluyan. Están quienes añoran la época soviética y hasta a Stalin. Están quienes los abominan. Para bien o para mal, buena parte de ellos tenían esperanzas en los años 90: para que todo volviera a épocas "gloriosas" o para que empezaran a llegar esos tiempos. Nada de eso sucedió: más miseria, mafias, guerras civiles. Lo que pasó lo dice en pocas palabras uno de los testimonios: "Hacia un mes todos eran soviéticos y de pronto eran georgianos o abjasios o rusos".

La voz de las mujeres deportadas, abandonadas, humilladas, golpeadas, de los hombres sumergidos en alcohol, asesinos y ultrajados están aquí. El género humano, más allá de la singularidad del régimen, en toda su naturaleza: la grandeza y la solidaridad junto a la delación y la crueldad. 

Definitivamente, este libro junto a algunas novelas producidas en el este europeo son imprescindibles para entender la Rusia y demás países soviéticos de hoy.

5/5🎗




















Svetlana Aleksiévich. El fin del "Homo sovieticus". Acantilado, 2022 (2013)

Sinopsis de la editorial:

Con la sola ayuda de una grabadora y una pluma, Svetlana Aleksiévich se empeña en mantener viva la memoria de la tragedia que fue la URSS, en narrar las microhistorias de una gran utopía. «El comunismo se propuso la insensatez de transformar al hombre "antiguo", al viejo Adán. Y lo consiguió [...]. En setenta y pocos años, el laboratorio del marxismo-leninismo creó un singular tipo de hombre: el Homo sovieticus», condenado a desaparecer con la implosión de la URSS. En este magnífico réquiem, la autora reinventa una forma literaria polifónica muy singular que le permite dar voz a cientos de damnificados: a los humillados y a los ofendidos, a madres deportadas con sus hijos, a estalinistas irredentos a pesar del Gulag, a entusiastas de la perestroika anonadados ante el triunfo del capitalismo, a ciudadanos que plantan cara a la instauración de nuevas dictaduras... Un texto extraordinario por su sencillez, que describe de un modo conmovedor la sobrecogedora condición humana.

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