Cabezas perdidas. Gustavo Rimoldi
Elio Rubato lleva una foto de Perón autografiada por el presidente y eso le abre todas las puertas en la Argentina de 1948 donde transcurre esta historia que parecía la búsqueda de unos documentos robados y escala a una trama más compleja, que recorre tradiciones literarias e históricas y el presente político de esa época: peronismo, antiperonismo solapado, falangistas y republicanos españoles.
Muy buen personaje Rubato, a tono con la etapa: esos amores, esa melancolía, ese tango como sonido de fondo.
Me gustó mucho.
Gustavo Rimoldi. Cabezas perdidas. Edhasa, 2019
Sinopsis de la editorial:
Cuando Santone lo llama y lo convoca para un trabajo, Elio Rubato intuye que no será uno más. Es abogado de profesión, pero su oficio no son las leyes, sino las búsquedas, como si de un detective se tratara. Es peronista, lleva una foto de Perón firmada por el general el bolsillo interior del saco y le gusta ir a los cabarets a bailar tango. Estamos en las Buenos Aires de la década del cuarenta y él honra las virtudes de los porteños: lealtad a los amigos, el amor que se declina en melancolía, entereza frente a la soledad. Rubato no equivoca el pronóstico: lo único que debe hallar a una mujer que se robó unos documentos de una asociación italiana. Parece todo tan sencillo que no se entiende para que lo contratan. Por supuesto, apenas comienza la pesquisa lo sencillo se bifurca en pistas extrañas: los documentos son incunables que se remontan al Martín Fierro de José Hernández, Rubato no es el único que los busca, la mujer parece haberse esfumado, el fascismo español y una tradicional familia de terratenientes son parte interesada, la asociación italiana no hace gala de beneficencia.
Con ritmo cinematográfico y prosa exquisita, con personajes memorables, Cabezas perdidas aprovecha las reglas de la novela policial para narrar una historia de traiciones y desamores, impunidad y doble moral. Gustavo Rimoldi retrata una Argentina de antaño, políticamente convulsa, como si hubiera vivido ahí. Al cerrar el libro, el lector siente lo mismo.
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