Mandíbula. Mónica Ojeda


Desde el inicio sabemos que una maestra tiene secuestrada a su alumna. Lo que vamos a ir descubriendo luego es que esa maestra da clases en un colegio del Opus Dei y que esa alumna forma parte de un grupo de adolescentes amantes del horror.

La novela se va abriendo hacia distintos ejes cohesionados por las mordidas, la deglución, lo que esconden las mandíbulas. Hay juegos de poder, hay relatos de terror, hay relaciones enfermizas entre madres e hijas, está ese amor entre amigas que van corriendo límites hacia lo impensado. Y está el miedo metafísico.

Muy buena novela de un género que, Mariana Enriquez mediante, cada vez me gusta más.






















Mónica Ojeda. Mandíbula. Candaya, 2018

Sinopsis de la editorial:
Una adolescente fanática del horror y de las creepypastas despierta maniatada en una cabaña en medio del bosque. Su secuestradora no es una desconocida, sino su nueva profesora de Lengua y Literatura, una mujer joven a quien ella y sus amigas han atormentado durante meses en un colegio de élite del Opus Dei. Pero pronto los motivos de ese secuestro se revelarán mucho más oscuros que el bullying a una maestra: un perturbador amor juvenil, una traición inesperada y algunos ritos secretos e iniciáticos inspirados en esas historias virales y terroríficas gestadas en Internet.
Mandíbula es una novela sobre el miedo y su relación con la familia, la sexualidad y la violencia. Narrada con una prosa llena de destellos líricos, símbolos desconcertantes y saltos en el tiempo, toma rasgos del thriller psicológico para desarrollar el juego mental que se produce entre alumnas y maestras, y escarbar en las relaciones pasionales entre madres e hijas, hermanas y «mejores amigas», recreando un mundo de lo femenino-monstruoso que se conecta con la tradición del cine de terror y la literatura de género. 

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