Avenida 10 de Julio. Nona Fernández Silanes


Pocas imágenes más dolorosas (pero hermosa, deseada tal vez) se lee en las primeras páginas de esta novela: un persona que va manejando su auto en una calle muy transitada decide parar, deja de escuchar la radio, deja de escuchar el sonido de su teléfono, toma su café ya frío, solo escucha el ruido de las lluvia en los vidrios. Se fundió. No pudo seguir. Frenó en seco. 

Una imagen muy poderosa que se empieza anudar con otras. Juan y Greta. Greta y Juan con sus pérdidas, con el trauma que dejó en ellos el pasado político: la toma del liceo en el que estudiaban de adolescentes, la desaparición de dos de sus compañeros y cómo pudieron armar-desarmar sus vidas durante 15 años. 

Juan y Greta han perdido mucho: las ganas de seguir el ritmo impuesto por el neoliberalismo salvaje uno, a su hija la otra y estas pérdidas los hacen romper su vínculo con el mundo "real". De buscarse, de encontrarse en algún lugar, de coincidir con todos los que se les perdieron va esta gran novela para mí inesperada. 





Nona Fernández Silanes. Avenida 10 de Julio. Eterna Cadencia, 2022 (2007)

Sinopsis de la editorial:
Un viejo recorte de diario muestra a un grupo de estudiantes que acaban de tomar el liceo. Se los ve alegres e ilusionados sobre el techo del edificio, no pueden ni vislumbrar lo que les espera. Entre ellos están Juan y Greta. Es invierno de 1985 en Santiago de Chile.
Pasaron veinte años desde ese día, y nunca más volvieron a verse. Harto de las cuentas por pagar, de un trabajo rutinario y mal remunerado, de una pareja que no lo comprende, Juan abandona su auto en plena avenida, renuncia a todo y se recluye en la casa de su infancia, la única que habitó desde que nació, y se dedica a recordar su adolescencia. Por su parte, Greta recorre enajenada los locales de la Avenida 10 de Julio buscando las piezas necesarias para reconstruir un furgón imposible: el mismo que hace un tiempo sufrió un terrible accidente en el que murieron varios niños que iban a la escuela, entre ellos su pequeña hija.
Juan y Greta volverán a estar en contacto, porque la historia se repite, a veces para reclamar memoria y justicia; otras veces, para brindar segundas oportunidades, como una suerte de repuesto que intenta reemplazar a la pieza original.
Nona Fernández Silanes indaga en los rincones más oscuros de la memoria y construye una novela tan perturbadora como necesaria.

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