Hombres. Angelika Schrobsdorff


Creo que si a este rincón perdido del mundo llegara a alguna librería un libro editado por Errata Naturae o Periférica yo pudiera comprarlo, pero, la verdad, es que tienen un catálogo como para envidiar a les españoles. Son libros para tener en papel, pero "es lo que hay".

A través de algunas blogueras descubrí este libro, que se me hacía imprescindible luego de Tú no eres como otras madres.

Una cosa, o la otra, o las dos juntas, no lo sé, pero cada libro que cae a mi mano últimamente me confirma en mis convicciones: lo personal es político, y viceversa. Una cosa o la otra o las dos juntas: o yo estoy leyendo todo con ese prisma, o lo que cae en mi mano (lo que elijo) está escrito bajo esa consigna. Angelika Schrobsdorff narra aquí la educación sentimental de una persona a la que le tocaron todas las malas cartas posibles: mujer, judía, alemana en medio de la segunda guerra mundial y los años posteriores.

Angelika nos cuenta en primera persona la adolescencia y juventud de Eveline, en medio de unas circunstancias políticas absolutamente desfavorables para su triple condición desventajosa. Y lo hace, además de con un estilo exquisito, sin mezquindades, sin heroicidades inverosímiles, con mucha honestidad.

Admirable.











Angelika Schrobsdorff. Hombres. Errata Naturae & Periferica, 2018 (1961)

Resumen de la editorial:
Con una extraordinaria precisión en el estudio de los personajes, y un estilo directo y sin rodeos, Angelika Schrobsdorff narra en Hombres —otra de sus grandes novelas autobiográficas, a la altura de Tú no eres como otras madres— la educación sentimental de una hermosa joven que alcanza su madurez entregada a la furia de vivir, sobrevivir y revivir. Eveline Clausen, la turbadora protagonista de esta novela, es hija de padre alemán y madre judía, y su infancia se desarrolla en pleno ascenso del nazismo. No es sólo un personaje «construido» con partes de la vida de la propia Schrobsdorff y de otras mujeres a las que conoció en su juventud, sino toda una figura de carne y hueso. Una verdadera mujer que pierde su candidez, su inocencia, y se lanza a vivir ávida e intensamente, sin ninguna preocupación moral, para ahuyentar todos esos miedos que la acechan desde muy niña. Los hombres, los distintos hombres que pasan por su vida (este libro es un perfecto estudio de muchos tipos de ellos), son tan sólo el medio para evadirse de la dura realidad, de la persecución y del hambre. Estos hombres, que siempre ocupan una posición de poder (y lo ejercen), van convirtiéndose, gradualmente, en el único universo de Eveline; les pide amor, pasión y la posibilidad de huir (de su madre, de sus propios deseos, tristezas y necesidades), aunque casi todos ellos, víctimas también del egocentrismo de la joven, le resultan decepcionantes.
Experimentamos un desasosegante apego por el personaje de Eveline, alter ego de Angelika, porque en todo momento la sentimos viva, angustiada, desgarrada; una víctima «culpable» de la Alemania derrotada, una joven perdida tanto en las calles arrasadas por los bombardeos como en los salones de baile y las villas de lujo. En muchas novelas de aprendizaje, la protagonista es una joven apocada, discreta y estudiosa; pero Eveline es muy distinta… aunque también muy autocrítica. La frescura y la crudeza de su voz nos arrastran sin remedio hasta los conmovedores capítulos finales.

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