Mirarse de frente. Vivian Gornick
Siete ensayos componen Mirarse de frente, la mirada urbana de una Vivian Gornick siempre cálida.
Tomando como temas el feminismo, sus experiencias estudiantiles y como profesora, sus amistades, entre otros, Gornick en realidad nos muestra cómo fue aprendiendo a convivir con la soledad y consigo misma.
Es muy interesante cómo relata su acercamiento al feminismo en los 70 y cómo vio erosionarse al movimiento en la siguiente década (¡Atención!). Su primera toma de contacto con las desigualdades de clase es también para observar atentamente.
En fin, un libro que invita a mirarse, de frente por supuesto.
Lo que significa para mí el feminismo
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Los Catskills en el recuerdo
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Homenaje
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En la Universidad: pequeños crímenes contra el alma
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Vivir sola
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Escribir cartas
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En la calle: nadie es espectador, todo el mundo actúa
Vivian Gornick. Mirarse de frente. Sexto piso, 2020 (1996)
Sinopsis de la editorial:
Como ya hiciera en Apegos feroces y La mujer singular y la ciudad, Vivian Gornick vuelve a mostrar, en las irresistibles viñetas que componen Mirarse de frente, su inigualable talento para aunar el recuento de sus propias vivencias y la reflexión, con esa mezcla de ingenio, frescura y sabiduría que ha hecho de ella una autora ya insustituible para tantos y tantos lectores.
En este nuevo libro, Gornick convierte el recuerdo de su experiencia como camarera en los Catskills no sólo en una agridulce aproximación al deseo juvenil y los trabajos veraniegos, sino en una indeleble toma de contacto con las desigualdades de clase y de género. Su periplo como profesora visitante por varias universidades estadounidenses le sirve para trazar una maravillosa y tragicómica radiografía del paisaje académico como suplicio para el espíritu: comunidades aisladas, con sus ritos y rencillas, con su peculiar dinámica de soledad y sociabilidad, donde el alma se enmohece rodeada de seres sólo en apariencia afines. Ya sea para hablarnos de su relación con la ciudad, de su evolución como feminista o para meditar sobre los recónditos motivos por los que una antigua amiga suya, pese a ser admirada y amada por muchos, evadía sistemáticamente cualquier atisbo de intimidad, Gornick vuelve a ofrecernos la singular mirada –valiente y feroz, empática y siempre de frente– con la que encara el mundo.
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