Confesión. Martín Kohan


¿Qué implica confesarse, ante quien sea? ¿Decir la verdad? ¿Vomitar secretos? ¿Acomodar los recuerdos y reinventarlos? ¿Calmar nuestra conciencia? Todas esas cosas y algunas más. 

La primera parte de Confesión es un viaje a la mente de una adolescente en su despertar sexual, en unos años de fuerte opresión religiosa sobre los sentires. La segunda, cuenta un operativo fallido del ERP, ambas atravesadas por el Río de la Plata, sus arroyos. La tercera, una larga partida de truco, donde los remordimientos y la necesidad de autoexculpación nos revelan las complicidades individuales en una tragedia colectiva. Atraviesa todo el libro la figura de Jorge Rafael Videla👹.

Leer a Martín Kohan se transformó en una buena y muy sana costumbre. Lo recomiendo fervorosamente. 





Martín Kohan. Confesión. Anagrama, 2020

Resumen de la editorial: 
Tres historias que forman parte de una misma historia. En 1941, en una ciudad de provincias argentina, una niña confiesa a un sacerdote los primeros y difusos impulsos sexuales que nota en su cuerpo, relacionados con la atracción que siente por un joven apellidado Videla que pasa cada día bajo su ventana. En 1977 un grupo de jóvenes revolucionarios prepara un atentado en un aeródromo para liquidar a un Videla que ya no es joven y es conocido por todos. Y, por último, una anciana –la niña de la primera historia– juega una partida de cartas con su nieto, que ha ido a visitarla a la residencia donde pasa sus días, y entre jugada y jugada le cuenta lo que le sucedió a su hijo, el padre del chico, en lo que resulta una nueva confesión. Tres historias y tres tiempos que se entretejen para forjar una única historia. Tres historias que hablan de dolor, culpa y confesiones.
Una novela sobrecogedora y deslumbrante, construida con una brillantísima arquitectura que le permite al autor penetrar hasta la médula de las historias –de la historia– que nos relata.

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