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Santa Evita. Tomás Eloy Martínez
Repaso, a pocos días de que se conmemore el centenario del nacimiento de María Eva Duarte de Perón, de Evita, la Eva, cuántas veces leí este libro. No sé si es real mi recuerdo, pero seguro la primera vez fue en un pasamanos del libro, en su primera edición de la mano de Mimi Bisordi. Si no fue ella quien me lo prestó quién sabe, pero me veo en mis 20, leyéndolo en la casa de mis viejos, más precisamente, en el pasillo mal iluminado que siempre me gustó. Quién sabe. Lo volví a leer cuando pude comprarlo: 1º de noviembre de 2007 dice mi firma en el ejemplar y lo atestiguan algunos subrayados tímidos porque entonces tenía más "respeto" a los libros y subrayaba menos. En estos primeros días de mayo de 2019 leo de nuevo, lápiz verde en la mano.
Es quizás la mejor novela sobre Eva, escrita por un no peronista pero también por un no gorila. Si el increíble periplo de su cadáver narrado en este libro contuviera un 10% de realidad seríamos un país condenado a desaparecer. Epa, me parece que hay bastante más de 10% de realidad y acá estamos, pese a los que nos auguran un futuro de país inviable. Y pese también a quienes pretenden que esa inviabilidad es culpa de los 70 años de peronismo, sepan que seguimos en pie por el peronismo. He dicho.
Fuera de esto: esta es una gran novela. Un policial, lo leí por ahí, donde no hay que averiguar quién es el asesino sino dónde está el cuerpo. Pasen y lean, descubran a la hermosa y eufórica Evita, conozcan a los delirantes que soñaron con hacerla desaparecer.
Tomás Eloy Martínez. Santa Evita. Punto de Lectura, 2007 (1995)
Resumen de la editorial:
Diosa, reina, señora, madre de los pobres, abanderada de los trabajadores y árbitro de la moda. Santa Evita para unos y para oros una analfabeta resentida, trepadora, loca y ordinaria, presidenta de una "dictadura de mendigos".
El protagonista de esta novela es el cuerpo de Eva Duarte de Perón, una belleza en vida y una hermosura etérea después del trabajo del embalsamador español Pedro Ara. Un cuerpo del que se hicieron arias copias y que, en su enloquecedor viaje por el mundo durante veintiséis años, trastorna a cuantos se le acercan y se confunde con un pueblo a la deriva que no ha perdido la esperanza de su regreso.
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