Lo que está y no se usa nos fulminará. Patricio Pron


Como corresponde a mis gustos, mi debut con Patricio Pron fue con una novela. La sentí entonces como una novela para leer en otro momento. Y para que yo no le dé una nueva oportunidad a un/a autor/a tiene que ser realmente una bazofia, y no era el caso de Pron. Así que, antes de ir a su nueva novela, último Premio Alfaguara, me vine a estos doce cuentos reunidos bajo un título-frase tomada de Luis Alberto Spinetta.

Pocas veces me sucede, y por eso le escapo a los relatos, que me dejen satisfecha, que no quede pidiéndole más a las páginas. Pero debo decir que ya estoy lista para volver a Pron, seguramente con Mañana tendremos otros nombres.

Disfruté mucho; sentí una cercanía muy grande, que es generacional pero no sólo, con Pron. Somos hijes de un mismo país, de una misma memoria colectiva, probablemente de unos mismos miedos que llegan a medida que nos pasan los años.

Salon des refusés
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Notas para un perfil de Tinder 
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La repetición 
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La bondad de los extraños 
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He's not selling any alibis 
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Uno de esos padres 
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Este es el futuro que tanto temías en el pasado 
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Quien te observa en el espejo desaparecerá contigo 
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Nota final del autor 
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Patricio Pron. Lo que está y no se usa nos fulminará. Random House, 2018

Resumen de la editorial:
Dos escritores se ponen de acuerdo para escribir la «autobiografía» del otro y una lectora se obsesiona con ambos o solo con uno de ellos. Un hombre redacta mentalmente su perfil de Tinder mientras una niña le habla de la muerte y los horribles secretos que se cuentan las cosas. El «gran poeta chileno» destroza una habitación de hotel en Alemania y ofrece a su interlocutor una lección de vida. Un escritor llamado «Patricio Pron» contrata a un puñado de actores para que «hagan de Patricio Pron», con los resultados catastróficos que eran de esperar.
Los personajes de Lo que está y no se usa nos fulminará tienen un vislumbre de lo que una vida mejor podría ser, y su intensidad los encandila. Vulnerables, perplejos, ridículos, sabios, todos vuelven una y otra vez sobre las posibilidades intuidas en esa visión, convencidos de que si no las aprovechan estarán perdidos: lo que encuentran al hacerlo es el azar, las vidas de los escritores como espejos deformantes, la ocasión de hacer de su vida una obra de arte, la necesidad de desaparecer, de dejarlo todo atrás para ser uno con la literatura.

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