El amor molesto. Elena Ferrante
Qué maestría la de Elena
Ferrante para transmitir la intimidad, la violencia, los lazos, las
miserias.
El amor molesto
fue su primera novela, de mediados de los años 90 y no es una hermana menor de
la ya famosa Tetralogía de Nápoles. Es, en todo caso, el inicio del universo
Ferrante, donde encontramos en poca páginas un relato sin estridencias, pero
que golpea desde la simplicidad de la prosa y de lo poderoso de la historia, de
las búsquedas, de los descubrimientos, las culpas, los reproches, el desamor.
Mujer, madre, hija, mujer-no-madre, círculo que nunca se
cierra en la construcción identitaria de cualquier mujer.
Una gran novela de Elena Ferrante.
Les comparto antes de los párrafos subrayados un breve
posteo del Facebook a propósito de la “revelación” de la identidad de la
escritora hace algunas semanas:
Para quienes amamos la literatura y a esos objetos tan inmejorables que se llaman libros, pero que además tuvimos la suerte de disfrutar y de conmovernos con los libros de #ElenaFerrante, no solo nos cayó mal la investigación del tal Gatti que reveló la identidad de la escritora a partir de sus ingresos y sus propiedades. Gatti, use esos métodos para cosas que le sirvan a la gente, si de verdad es periodista. No sólo nos cayó mal: es que su explicación de la utilidad pública de la “revelación” es típica de un machito que intenta poner en su lugar a una mujer que no se expuso en las vidrieras, que no se sometió a la totalidad de las reglas del mercado y que, como si fuera poco, según este criterio de machito, no respetó ni siquiera a su madre. Gatti, váyase a…
Elena Ferrante. El amor molesto (En: Crónicas del desamor). Lumen, 2015
Resumen de la editorial:
En Crónicas del desamor se reúnen las tres novelas que han
convertido a Elena Ferrante en una de las voces de más prestigio de la
literatura italiana contemporánea.
El amor molesto, la primera de las piezas, narra la relación
de Delia con su madre Amelia. Mi madre se ahogó la noche del 23 de mayo, el día
de mi cumpleaños… escribe la narradora en la primera página, y de ahí en
adelante todo será descubrir quién era realmente Amelia.
La segunda pieza,
titulada Los días del abandono, cuenta la historia de una mujer joven, madre de
dos hijos, que de repente es abandonada por su hombre y tiene que enfrentarse a
un nuevo modo de vivir. Sola en Turín, la mujer cae en una espiral de dolor que
la paraliza, y Ferrante consigue que sintamos esa angustia de una manera casi
corpórea: sus gestos, sus palabras, todo su cuerpo es la pura expresión de un
mal oscuro que va más allá de la traición, como si la tragedia griega se
hubiera encarnado en el ánimo de una mujer de hoy.
Cierra la trilogía La hija oscura, donde encontramos a Leda,
una mujer que se cree sola y libre en un pueblecito de playa, pero el encuentro
con una familia muy peculiar la obligará a revisar las relaciones que ha
mantenido con sus hijas y descubrir cuáles son los lazos que las unen.
Una y otra vez, una
trama en apariencia banal se convierte en un arma en manos de Ferrante. Su modo
de contar hace daño y alivia a la vez, y eso quizá porque ahí estamos todos,
aunque duela reconocerlo.
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