La novena hora. Alice McDermott
Qué novela más extrañamente bella. Habla de mujeres un
tiempo que ya no existe, realizando acciones de un tiempo en que el Estado no
asistía a los ciudadanos necesitados, y en su lugar estaban ellas. La novela,
además de Annie y Sally, habla de monjas.
Mi experiencia infantil con las monjas no es bien recordada
por mí: mucha severidad innecesaria es lo que guarda mi memoria. Pero las
monjas de esta novela, ambientada en los inicios del siglo XX, actúan, dejando
de lado la cuestión religiosa, con sororidad.
Me resultó sorprendentemente interesante la visión de estas
monjas sobre las mujeres dentro del matrimonio. Sabias.
Y qué bien cómo la autora no necesita ser explícita, más que
una vez y como dato anecdótico, con el tema de los curas y su poder sobre ellas.
Está presente todo el tiempo, sobrevolando. No tiene necesidad de ser directa.
Sabia también McDermott
Resumen de la editorial
En una oscura tarde de invierno, en el Brooklyn de principios del siglo xx, un joven inmigrante irlandés que acaba de ser despedido convence a su mujer, que está a punto de dar a luz, para que salga a hacer la compra. Una vez solo en el apartamento, abre el gas y se suicida. La hermana St. Saviour, una monja de un convento cercano, será quien ayude a Annie, la pobre viuda, a rehacer su vida.
Annie trabajará durante muchos años como planchadora en la lavandería del convento. Su hija Sally, la verdadera protagonista de la historia, se criará entre pilas de ropa blanca y el siseo constante de la plancha pero, llegado el momento, deberá elegir su propio camino en la vida.
La novena hora es una preciosa novela, profundamente humana, sobre el perdón, la generosidad y el olvido. Con esta historia que recorre tres generaciones de un pequeño vecindario de Brooklyn, Alice McDermott vuelve a demostrar que es una de las más notables escritoras norteamericanas en activo.
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