Dura una eternidad y en un instante se acaba. Anne De Marcken

 

Qué novelita... Yo, leyendo una novela de zombis para descubrir con la protagonista que la muerte no es un final sino un territorio intermedio donde buscar reconstruir la identidad. Pierde un brazo, olvida su nombre y los recuerdos que tenía de su amor, pero en medio de su descomposición aún siente, sueña, anhela. El duelo es por una misma.

Dura una eternidad y en un instante se acaba son 142 páginas de viaje a los bordes de lo humano con una poesía que te deja sin aliento.

Una novela mínima, pero que se expande en la mente como si durara, justamente, una eternidad.

4,5/5🎗











Anne De Marcken. Dura una eternidad y en un instante se acaba. Hueders, 2025

Sinopsis de la editorial:
La protagonista de esta historia estuvo viva y fue feliz, pero hace tiempo que apenas puede recordarlo. Vive en un hotel habitado por otros no muertos como ella, huéspedes que también tuvieron una vida de la que no recuerdan casi nada. Ha olvidado su propio nombre y el de la persona a la que amó, y tan solo conserva recuerdos vagos, escenas de una felicidad pretérita que aparecen deslavazadas y poco a poco se van perdiendo, como las extremidades que se desprenden de su cuerpo de no muerta. Pero nuestra heroína se niega a dejar ir del todo el pasado, por lo que se lanza a la carretera en dirección al oeste, siempre hacia el oeste, en busca del lugar en el que amó y fue amada.
Ganadora de los prestigiosos premios Ursula K. Le Guin y The Novel Prize, Dura una eternidad y en un instante se acaba es una de las obras más bellas, sorprendentes y divertidas de las que podamos tener memoria. Una novela aguda, inquietante, en ocasiones sumamente alegórica y poética, que nos ofrece una profundísima reflexión sobre el significado de la existencia y sobre el modo en que la muerte lo transforma todo, a excepción, quizá, del amor.

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