Cuatro por cuatro. Sara Mesa


Hay un grupo de escritoras españolas, nacidas entre fines de los años 60 y los 70, que están escribiendo (o escribieron hace un tiempo y yo leo ahora) unas novelas que: 1. me encantan. 2. me sobresaltan. 3. me aceleran la respiración. 4. me conmueven. 5. me sacuden. Y así.

Marta Sanz, aunque no sólo ella, fue una de mis preferidas en último año. Vuelvo ahora a Sara Mesa, con un libro que fue finalista del Premio Herralde de Novela y con mucho mérito.

Se trata de una historia breve pero intensa, dividida en tres partes con un tono narrativo muy diferente. En la primera, hay una sucesión de voces de niñxs y adolescentes de un colegio donde conviven (en paz aparentemente y muy malamente en realidad) hijas e hijos de "poderosos" y del personal de limpieza y mantenimiento. La segunda parte es el diario de un profesor recién llegado a colich, donde vamos conociendo con la mirada de un impostor la verdadera cara de todos los impostores que habitan allí. En la tercera parte, la más escueta, se da sentido y cierre a un relato donde priman la soledad, el agobio y la simulación.













Sara Mesa. Cuatro por cuatro. Anagrama, 2016 (2012)
Resumen de la editorial:
Cuatro por cuatro arranca con la historia de un grupo de chicas, lideradas por Celia, que se han fugado de un colegio pero que son atrapadas y devueltas a la institución. El colegio del que huían, el Wybrany College, es un internado completamente incomunicado del exterior y destinado a los hijos de familias acomodadas, los únicos que pueden aspirar a salvarse de un mundo en descomposición en el que la vida en la ciudad se ha hecho imposible. Pero el Wybrany College también acoge a los llamados «especiales», chicos becados cuyos padres trabajan al servicio del proyecto. Las relaciones entre ambos grupos y entre ellos, los profesores y los miembros de la Dirección —el Sr. J., la Culo o el Guía— internarán al lector en un microcosmos dominado por la manipulación y el aislamiento. Con una narrativa fragmentaria, indirecta y muy depurada, la primera parte de la novela es una suerte de enigma cuyo sentido se completará más adelante. En la segunda parte de la obra la perspectiva cambia con la irrupción de Isidro Bedragare, un profesor sustituto que va recogiendo en un diario su particular visión de los hechos que ocurren en el extraño internado, y que a su vez también esconde un secreto.
Narrada con un peculiar estilo que juega con la insinuación y las zonas de sombra, el lector irá descubriendo en la novela un universo literario autosuficiente, inquietante y enigmático, definido por unas normas propias que apelan a las relaciones de poder entre los distintos personajes y una violencia sórdida, latente, siempre a punto de estallar.

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