Balas de plata. Élmer Mendoza


Ahhhh... muy bien este pinche mexicano. Muchas cosas que me gustaron de este primer libro protagonizado por Edgar "El Zurdo" Mendieta. Se psicoanaliza el hombre y está enamorado; muchísimo y de un modo tortuoso, que no es lo que se suele leer en este tipo de novelas.

La forma de escritura, que es también poco habitual y requiere de la máxima atención de una lectora. Y a mí me encantan los modismos mexicanos. Me gustaría mucho (lo sostengo desde Bolaño) incorporar a mi lenguaje "dizque", o "carnal" o "pinche" o "pendejo" con una acepción diferente a la que le damos por acá. Luijito de libro.







Reseña de la editorial
Hundido por el abandono de la mujer a la que ha amado, y necesitado de psicoanalista, al agente Edgar «el Zurdo» Mendieta se le acumula el trabajo en cuanto se hace cargo del asesinato de Bruno Canizales, un prestigioso abogado con doble vida, hijo del ex ministro de Agricultura, al que encuentran con la cabeza perforada por una bala de plata. El teléfono del Zurdo no deja de sonar con las llamadas de su superior, que va anunciándole la aparición de nuevos cadáveres en tan sólo un par de días. ¿Quién hay detrás de todo ello? ¿Los narcos?, ¿los políticos alborotados ante las elecciones que se acercan?, ¿los miembros de la dudosa Pequeña Fraternidad Universal a la que pertenecía Canizales? La investigación, que no sin humor y adrenalina recorre antros y mansiones, y mezcla reporteros y bellísimas lesbianas, destapa un intrincado ovillo de perversos intereses, en el que el único realmente empeñado en ir hasta el fondo y, para variar, hacer justicia, es «el Zurdo» Mendieta. Tal vez porque ya no le queda nada que perder.

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