Inglaterra. Una fábula. Leopoldo Brizuela


Doce años estuvo esperándome este libro desde Canje 25 hasta hoy (desde que lo compré,  20/01/04). Quién sabe por qué, quién sabe por qué estuvo tantos años olvidado. Porque se trata de una historia que, a priori, poco me interesa. Y sin embargo, hay un fondo ahí, una circularidad, una especie de mamushkas de historias y de personajes... una narración casi perfecta, y si digo casi es porque, vamos, hay tanta literatura dando vueltas y tanta que conmueve y Brizuela, mucho gusto, primera vez que te leo, te tuve doce años olvidado y compré este libro por dos mangos, un libro que alguien antes leyó y decidió dejar en un canje, y existen Saer, Piglia, FresánArtl (para quedarme solo en la literatura argenta) y tantos que todavía no leí... Pero esta es una novela que casi, casi.

Casi, casi algo. No es la novela perfecta ni la mejor que leí en mi vida. Pero es una muy bonita novela. Muy pocas reseñas encontré, pero en esta, que también contiene una entrevista al autor, Brizuela me resultó muy provocador (al fin) en esto de que hemos soportado que nos cuenten, nos describan y nos interpreten, a nuestro país y a nosotras y nosotros, a nuestra historia, y Brizuela, de una manera que me resultó estupenda, esperaba por aquellos años en que publicó la novela, que la leyera un inglés... y a ver si se bancan una lectura como nos hemos bancado las suyas (y las de tantos).








Leopoldo Brizuela. Inglaterra. Una fábula. Clarín-Aguilar, 1999

Resumen de la editorial
Esta fábula comienza a fines del siglo XX, en el extremo sur del archipiélago de Tierra del Fuego, en la isla del Waichai, con el último niño salvaje y los documentos que permitirán reconstruir la tragedia más extraña que registra la historia de los mares australes.
O cuatro siglos atrás, en la isla del norte, cuando William Shakespeare conoce en la corte isabelina a un hombre de piel oscura y ojos negros que posee el lenguaje más rico del universo.
O a fines del siglo pasado, cuando un conde delirante, maestro de Oscar Wilde, designa a la Niña Profeta su heredera en la conducción de la compañía de teatro The Great Will y en la búsqueda del secreto oculto en el corazón de la tempestad.
O en 1914, cuando el acorazado en el que viajan los miembros de la compañía pone proa al Cabo de Hornos y Shakespeare encuentra entre los últimos onas el nombre de su destino.
Inglaterra no es una crónica de la Historia. Es una fábula que recupera el diálogo perdido entre dos civilizaciones que sólo han enfrentado sus lados oscuros. Una obra desbordante de imaginación e inteligencia que mereció el Premio Clarín de Novela 1999 por voto unánime del jurado compuesto por Vlady Kociancich, Augusto Roa Bastos y Andrés Rivera. Leopoldo Brizuela ha escrito un clásico contemporáneo: una novela que cambia el modo de leer la historia y la literatura.

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