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Ilustrado. Miguel Syjuco
Literatura filipina. Sí, sí.
Hace poco más de cinco años Natacha me regaló este libro.
Pasé un tiempo preguntándome por qué, y ella me dijo que le resultaba difícil
regalarme un libro. Punto.
Lo cierto es que lo empecé ese mismo verano. Y al poco tiempo
lo dejé. Fue un verano horrible: tan tórrido y más que siempre, y yo con una
pierna enyesada, viviendo en un monoambiente, primer piso sin ascensor y sin
aire acondicionado. Creo que aquel verano me leí todo Dolina.
Desde hace unos meses (seis, digamos) ando con miedo de no
poder comprar más libros. Tengo razones para tener miedo. Así que aunque sigo
comprando, bajé bastante el ritmo y los voy guardando, dosificando; mientras,
voy intercalando otras lecturas que me esperaban desde hace tiempo. Como esta.
Fue un libro muy entretenido, simpático, gracioso en tramos
pero con un trasfondo densísimo. Yo lo leí así: ¿cómo se narra un país? ¿cómo
se inventa, se crea, una literatura nacional? Lo “universal”, si es que algo
así existe, parece ser la búsqueda de una identidad nacional y personal (es lo
mismo, ¿no?) en países del tercer mundo, como el mío, Filipinas, y tantos
otros. Y me resultó también una sorpresa agradabilísima (como haber encontrado
este libro) pensar: ¿quién escribe? ¿quién es escrito?
Lujito de libro.
Miguel Syjuco. Ilustrado. Tusquets, 2010
Resumen de la editorial:
Un frío amanecer, el cadáver de Crispin Salvador, polémico patriarca de la literatura filipina, es extraído de las aguas del río Hudson, en Nueva York. Se rumorea que se ha suicidado. Con él ha desaparecido el manuscrito del libro que estaba escribiendo, una magna obra que iba a poner fin a años de silencio y ostracismo, y que debía saldar cuentas con la historia de su país, desvelando las mentiras, corruptelas y abusos de las familias poderosas que llevan décadas expoliándolo. Miguel Syjuco, discípulo y amigo del fallecido, regresa a Manila con la intención de encontrar el misterioso manuscrito y «recomponer las múltiples vidas» del poliédrico Crispin en una biografía. El borrador de esa biografía será una de las teselas del abigarrado mosaico que el autor y a la vez narrador va componiendo con fragmentos de la obra de Crispin –memorias, novelas y entrevistas–, aderezado con agudas reflexiones o chistes populares, e historias mínimas o heroicas de una galería de personajes memorables, hasta dibujar un fresco de varias generaciones de filipinos, desde el pasado colonial y la independencia de España hasta el caótico presente.
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