Desayuno de campeones. Kurt Vonnegut


Gente grande que todavía no leyó a Kurt Vonnegut 🤦‍♀️🙋... 

El propio autor, narrador en la novela, se vale de sus personajes para describir el mundo ampliamente, la sociedad norteamericana con más detalle. No lo relata para nosotros sino para un alienígena, así que va narrando situaciones cotidianas explicadas para quien no tiene ninguna referencia previa de la humanidad. El resultado es una radiografía del mundo hasta los años 70 con mucho sarcasmo y bastante estrafalaria, claro.

El libro, un regalo de Vonnegut para sí mismo al cumplir 50 años, está ilustrado por el mismo y la edición de La bestia equilátera es preciosa.

4/5 🎗️










Kurt Vonnegut. Desayuno de campeones. La bestia equilátera, 2013 (1973)

Sinopsis de la editorial
Desayuno de campeones es la novela más personal, satírica y disparatada del incomparable Kurt Vonnegut. Una suerte de historia abreviada del siglo XX estadounidense en particular y de la humanidad en general, contada (e ilustrada) para niños o extraterrestres por un loco, que bien podría ser el Creador del Universo. La publicó originalmente en 1973, cuando ya era un escritor consagrado, y narra en un juego de cajas chinas el encuentro entre un grupo de personajes tan estrafalarios como entrañables con el escritor que los inventó.
Novela de culto para los vonnegutianos, Desayuno de campeones es una prueba de hasta qué punto, con su irreverencia formal, el autor de Cuna de gato amplió el horizonte de posibilidades del género, y también una oportunidad para descubrir cómo son la política, el sexo, el arte, la vida y la muerte en el planeta Tierra según Kurt Vonnegut.
Escuchen:
“Una vez que comprendí el motivo por el que Estados Unidos se estaba transformando en un país tan peligroso e infeliz de gente que no tenía nada que ver con la vida real, decidí evitar la narración de historias. Escribiría sobre la vida. Cada persona sería tan importante como las demás. Todos los hechos tendrían el mismo peso. Nada sería excluido. Que los demás pusieran orden en el caos. Yo pondría caos en el orden, y creo que lo he logrado.
Si todos los escritores hicieran eso, quizá los ciudadanos que no se dedican a la literatura comprenderían que no hay orden en el mundo que nos rodea, sino que en cambio debemos adaptarnos a los requerimientos del caos.
Es difícil adaptarse al caos, pero es posible. Soy prueba viviente de ello: es posible”.

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