Santa María de las flores negras. Hernán Rivera Letelier


Las luchas obreras suelen ser el último orejón del tarro de la historia. Por suerte está la literatura. Y si Germinal (Émile Zola, 1885) fue la novela del siglo XIX sobre la temática que más me conmovió, Santa María de las flores negras (escrita en el siglo XXI pero retratando hechos del principios del siglo XX) del chileno Hernán Rivera Letelier es una obra maestra.

Relato cansino en algunos tramos, vertiginoso en los últimos dos capítulos, pero siempre con un uso precioso de las palabras, con el lenguaje y los modismos de la gente sencilla y el toque poético de un latinoamericano que escribió una novela imprescindible.

Rivera Letelier cuenta la marcha de obreros salitreros desde distintas minas hacia Iquique en reclamo de mejoras salariales y de sus penosas condiciones de trabajo. En ese camino se forjan o ahondan amistades y también amores. Se estrechan lazos de solidaridad y se reconocen los pensamientos de siempre de "los dueños de todas las cosas". 

La historia termina en matanza, eso se sabe, pero Rivera Letelier nos lleva de la mano a ese momento, metiéndonos en la vida de sus personajes, lo que hace que el tercio final de la novela sea tremendamente conmovedor. 

Si no llorás, hacete una transfusión de sangre... 🩸 






Hernán Rivera Letelier. Santa María de las flores negras. Seix Barral, 2002 

Sinopsis de la editorial:

Santa María de las flores negras es la quinta novela de Hernán Rivera Letelier, y también su mayor desafío literario. Reconstruye, con notable veracidad social y humana, uno de los hechos más traumáticos de la historia chilena del siglo XX: la matanza de la escuela Santa María de Iquique, que ocurrió en diciembre de 1907, y en la que fueron masacradas cerca de tres mil personas: hombres, mujeres y niños.

El novelista logra conciliar la épica social y el desarrollo del conflicto colectivo, con las historias privadas de sus personajes de ficción: las amistades y sus contradicciones y desencuentros, la fraternidad, el festejo, la solidaridad, los amores. Todos estos seres, rudos, escépticos, primitivos, llenos de fortaleza y de inocencia, marchan durante días a través del desierto y son arrastrados de modo inexorable hacia el trágico desenlace de la Gran Huelga de los obreros salitreros.

Este apasionante relato lo componen diversas voces, a las que le da sonoridad y vida el talento de Rivera Letelier, quien completa con Santa María... un ciclo novelesco que conforme un universo coherente y prodigioso, el "imaginario del salitre", su drama y peripecia contados con el toque verbal mágico del escritor pampino.


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