Los hombres son todos iguales. Sergio Olguín
Adentro de un libro de cuentos una se puede encontrar con cualquier cosa; la contraportada te dice alguito pero no mucho, y no siempre las sorpresas me gustan. La novela para mí es otra cosa y siempre me atrapa de otra manera: me llena, me lleva de las narices por la historia. Y los cuentos... me suelen dejar con sabor a poco.
En Los hombres son todos iguales Sergio Olguín nos entrega un muestrario de varones (y unas pocas mujeres) para desmontar la frase hecha que da título al libro. Porque no, no son todos iguales, pero sí hay un punto de patetismo que a veces se choca con la ternura en casi todos ellos.
Es un libro ameno, pero prefiero las novelas de Olguín.
Sinopsis de la editorial:
Dos amigos se reencuentran y reviven los códigos de una amistad marcada por el delito. Un chico descubre el terror y la fascinación con la llegada de un nuevo compañero a la escuela. Dos hermanos viven pendientes de un padre que los abandonó para llevar una vida fuera de la ley. Un hincha de fútbol es confundido con Maradona. Una chica descubre en una foto ajena un secreto propio. Pinocho reencarna en un periodista inescrupuloso. Dos adolescentes deben huir de una sociedad que prohíbe su amor. Desprejuiciados y divertidos, sentimentales y también violentos, así son los cuentos de este libro de Sergio Olguín, que deslumbra por su capacidad para ahondar en mundos y tiempos diversos: del conurbano bonaerense a Puerto Madero, de la costa atlántica a Japón, de los años sesenta a una Buenos Aires del futuro. Los hombres son todos iguales es una nueva cita con la narrativa ágil e irreverente de Olguín, que captura al lector con cada una de sus historias, al mismo tiempo que revela los misteriosos mecanismos que determinan nuestras vidas.
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