Jane Eyre. Charlotte Brontë


A Charlotte y a Emily, vuelvo después de tantísimos años culpa de La parte soñada, una novela donde, entre muchas otras cosas, se ama y se adora a Emily y se odia bastante a Charlotte.

Así soy yo, rebelde, así que no sólo volví a Emily sino también a la odiada Charlotte.

No voy a decir nada de la novela; es más, no voy a decir nada más y voy a dejar hablar a Fresán, en esa misma novela, porque explica mucho mejor de lo que podría hacerlo yo qué me pasa con las relecturas:

“Y cada vez le gustaba y le sigue gustando más como cada vez le gustaba más el acto de releer. Eso que uno hace mucho durante la infancia (hasta saberse de memoria los primeros cuentos y los últimos cómics) y que vuelve a hacer en la madurez: cuando cansado de tantos viajes arriesgados y de cada vez más frustraciones, se retorna a los clásicos particulares como quien vuelve al hogar pidiendo perdón (…). Cuando se relee no sólo se lee de nuevo –y como nuevo—algo que ya se leyó, sino que esa nueva lectura incluye a un nuevo personaje en su trama: al lector. A ese que fuimos, y que tal vez ya no seamos, mientras leíamos eso hace tanto tiempo. Cuando releemos ya sabemos lo que va a pasar, pero no tenemos del todo claro qué nos pasó a nosotros desde entonces.
(…)Así, se empieza releyendo de niños para conocer un mundo hasta en su más mínimo detalle (y de memoria, sin cambiar una palabra) y se acaba releyendo de adultos para comprobar si ese mundo continúa reconociéndonos y comprender qué es lo que, finalmente, preferimos o nos vimos obligados a desconocer (a tachar, saltear, olvidar) de él. Cuando releemos regresamos sólo a aquello que nos hizo felices y a lo que nos hace sentir eternos y, sí, en todas partes y épocas al mismo tiempo y lugar.
Releer es como ver fantasmas verdaderos.
Fantasmas generosos que creen en nosotros.”









Charlotte Brontë. Jane Eyre. Austral, 2011

Resumen de la editorial:
Marcada por su temprana orfandad materna, la escritora británica Charlotte Brontë, que a lo largo de su corta vida acumuló muchos lutos, revela en su obra el apasionado deseo de encontrar un lugar en el mundo. Jane Eyre, la obra que consagró su éxito fulminante, tiene los ingredientes de una novela gótica, pero rebasa con mucho las convenciones del género. Cándido Pérez Gállego explica en la Introducción cómo Jane, la protagonista, es portavoz de un nuevo modo de descubrir la realidad, y su reflexión nos lleva a un viaje hacia la autenticidad. Al valor histórico –Charlotte Brontë logra un cuadro enormemente plástico de la sociedad británica de su época—se unen aquí el valor moral y el literario. Porque, en efecto, superando las técnicas tradicionales de los diálogos, una especie de “comentario mental” abre en Jane Eyre el camino que conducirá a Virginia Woolf.

0 comentarios: