Fuera de lugar. Martín Kohan


Qué novela más incómoda, pero qué "indejable". La primera parte es, cómo puedo decirlo, revulsiva por lo que describe, pero imposible de dejarla por la maestría, por lo despojado, con que Kohan relata, comenta, y te hace pensar por qué seguís leyendo eso.

Desconozco y poco me interesan las tendencias actuales de la literatura argentina. Si llego a vieja las leeré con pasión como leí cuando ya había pasado la disputa entre el grupo Boedo y el grupo Florida. Así que probablemente un crítico avezado lea una boludez acá, pero a mí qué me importa, si yo solo soy una lectora. No sé dónde estarían Kohan, Pauls, Piglia, Martínez, Bizzio, por nombrar sólo algunos de los últimos leídos en literatura argenta.

Lo que quiero decir, básicamente, es lo siguiente (aunque me repita): Kohan es un nuevo amigo. Su literatura no me toca en lo personal al menos en la superficie como sí lo hace Pauls. Pero esta novela, que tampoco me toca, graciadió, me dejó sin respiro.

Martín Kohan. Fuera de lugar. Anagrama, 2016

Resumen de la editorial: 
Fuera de lugar transcurre en geografías diversas: la precordillera, el litoral, el conurbano, los remotos países del Este, una frontera. Y también en Internet, el espacio de todos los espacios. Claro que los personajes que se mueven de un lugar a otro, los que parten y se aventuran, no van a quedar por eso más cerca de la verdad que aquellos que se quedan siempre fijos en un mismo punto. Y eso porque la lógica que se impone en Fuera de lugar no es otra que la del desvío. El desvío: ya sea en las perversiones de las fotos con niños que se narran en el comienzo, ya sea en el viaje en extravío que se narra en el final.
¿Qué es lo fuera de lugar en Fuera de lugar? En parte lo es la aberración: eso que no debería suceder y, sin embargo, sucede. En parte lo es la descolocación: el modo fatal en que se desorientan y se pierden aquellos que más seguros se sienten de estar siguiendo las pistas correctas. Y en parte lo es la forma en que Martín Kohan dispone la trama policial de esta novela: hay actos y hay huellas, hay hechos y hay consecuencias; pero las huellas y las consecuencias aparecen siempre en un sitio diferente del sitio donde se supondría, donde se esperaría, donde se las va a buscar.



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