El final de la historia. Lydia Davis

 
La única manera que encuentra la protagonista de "olvidar" a un hombre más joven del que se enamoró es perseguirlo por las calles y con las palabras. Intenta escribir una novela, que es esta, buscando el fin de la historia. 

Hay algo de precisión quirúrgica en grado de tentativa durante todo el proceso de años de esta mujer, hay neurosis, hay una sucesión de idas y vueltas contra sus propios recuerdos, pues ¿qué son los recuerdos, cómo se construyen, cómo se destruyen, cómo armamos la memoria de una historia, de nuestra propia vida?

4/5🎗










Lydia Davis. El final de la historia. Alpha Decay, 2024 (1994)

Sinopsis de la editorial:
"Si alguien me pregunta de qué trata la novela, le diré que de perder a un hombre, porque no sé qué decir. Pero es verdad que durante mucho tiempo no supe dónde se encontraba, aunque lo supe y lo dejé de saber, lo volví a saber y volví a perderlo."
La narradora de esta historia es una traductora y académica de mediana edad que intenta escribir una novela (que es esta novela) sobre una relación pasional y neurótica que tuvo años atrás con un hombre más joven que ella. Tomando el desamor como si fuera una autopsia por realizar o un texto críptico que hay que convertir en algo legible, la narradora nos conduce por sus recuerdos y reflexiones, dispuestos de forma fragmentaria y desordenada y plagados de descripciones que rayan la obsesión clínica. Así, asistimos a una búsqueda de la protagonista por determinar qué es lo que sabe sobre sí misma y qué es lo que realmente ocurrió, pero no tardaremos en empezar a sospechar, junto a ella, que ningún recuerdo sale intacto de la equivocidad de la memoria, y que cualquier relato del pasado termina por convertirse en ficción.
Publicada originalmente en 1994 (y ya editada en castellano por Alpha Decay en 2014), esta es la primera y única novela de Lydia Davis, celebrada autora norteamericana de relato corto.

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Que pase algo pronto. Agustina Espasandín

 

Treinta y pico de años, algunos ahorros y la necesidad de parar con todo. La protagonista de esta novela creó las circunstancias necesarias para poder pasar un tiempo sin trabajar. Impensable para muchas y muchos: no sólo dejar el trabajo sino rechazar las ofertas que llegan.

Así, empieza un tiempo en suspenso donde ella va descubriendo cosas nimias de su entorno, hace nuevas amistades, nuevas miradas a su alrededor, una forma de habitar su mundo diferente, lento, leve. 

Está bien.

3,5/5🎗️






Agustina Espasandín. Que pase algo pronto. Sigilo, 2024

Sinopsis de la editorial:
En una época que exige productividad y progreso, la protagonista y narradora de esta novela toma una decisión a contracorriente. Con treinta y dos años, trabaja de asistenta de dirección en la industria audiovisual y vive con su perro Río en una casa alquilada en un barrio de Buenos Aires con más cuartos de los que puede habitar. Luego de ahorrar durante meses, un día deja de aceptar trabajos por un plazo indefinido. ¿Qué busca? Algo importante: averiguar a qué tiene sentido dedicarle el tiempo si está a su entera disposición. Lo que en un principio parece una fantasía introspectiva y algo individualista, que no está libre de ansiedades, se va convirtiendo en una experiencia de apertura y en el tejido de una red de lazos de afecto.
En su debut literario, Agustina Espasandín ha escrito una novela involuntariamente generacional y pospandémica poniéndose en la piel de una heroína de barrio que persigue y entrega lucidez, ternura y gracia en cada encuentro.
Con prosa inspiradísima y una convicción infrecuente en una primera novela, Que pase algo pronto es un grito ahogado, y también una canción feliz, contra la falta de ideas de futuro, la deshumanización y el eterno imperio de lo mismo.

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Ruth. Adriana Riva

 

Tiene 82 años Ruth, dos hijos (el abogado y el del perro), un par de nietas, algunas amigas. Es viuda, judía, toma clases de arte por zoom, hace crucigramas y a veces va a la ópera.

Ruth no es una abuelita que responde al estereotipo de una mujer de 80 y pico. Tampoco es una jubilada a la que no le alcanza para comprar los medicamentos. No disfruta demasiado de la compañía de los suyos. Podría decirse que es malhumorada, y sí, porque tiene por qué y tiene con qué. Pero lo que tiene sobre todo es mucho humor. 

Leí la novela como si estuviera en un bar y me enganchara con la conversación de la mesa de al lado. Adriana Riva nos cuela en la cocina donde Ruth pasa buena parte del día, tomando café instantáneo y monologando acerca de cosas nimias y trascendentes. Y donde entiende que "lleva una vida aprender a no ser joven".

4/5 🎗️




































Adriana Riva. Ruth. Seix Barral, 2024
Sinopsis de la editorial
Ruth es una mujer que va a la ópera con amigas, toma clases de arte por Zoom, conversa con los hijos, mira a las nietas. Monologa acerca de las cosas que le gustan y las que no, dejando al desnudo la sabiduría que le regala la experiencia. Ruth es una mujer judía, viuda, que por primera vez tiene tiempo entre las manos y dedica su energía y picarda a explorar los recovecos de un deseo desasido de obligaciones.
Con prosa lúcida y entretenida, llena de humor y apuntes tragicómicos, Adriana Riva da vida a la interioridad de una anciana dama en el umbral de los ochenta que se ha cansado de obedecer y dice, por primera vez, lo que piensa.


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