La señorita Porcel. Esther Cross
El barrio de la oligarquía porteña, con el cementerio de la Recoleta y sus nombres patricios en las tumbas, los bares tradicionales, los shoppings y las sedes centrales de los bancos son el escenario de La señorita Porcel. Un escenario que se va transformando mientras por un ratito la banda de sonido es "Piquete y cacerola, la lucha es una sola".
La protagonista (la pobre heredera de un linaje venida a menos, que vive al límite, bicicleteando sus deudas) nos muestra desde adentro la falacia de la consigna, revelando (traicionando) secretos de su clase de origen desde la venganza.
Está muy bien.
Esther Cross. La señorita Porcel. Club Cinco, 2022
Sinopsis de la editorial:
Una mujer se prende fuego dentro de un cajero automático ante la mirada displicente, e incluso gozosa, de otra mujer. Este es el comienzo inolvidable de La señorita Porcel. A partir de aquí se irá desandando el camino, trazando los hechos que desembocan en esa noche fatídica. Y sobre todo, replantea el vínculo entre víctima y victimario: ¿dónde comienza la violencia, en lo simbólico o en lo real?
Escena tras escena, Esther Cross irá tallando un bajorrelieve de la clase alta argentina, sus odios, sus códigos, sus mandatos. Y entre el champán y el poder, nuestra heroína llena de rencor y resentimiento viene a hacer, nada más y nada menos, un poco de justicia poética. La única que importa.
Publicada en 2008, ganadora del Premio Internacional de Narrativa de la editorial Siglo XXI en México, La señorita Porcel puede ser leída como la historia de una venganza. elegante, por cierto, pero es también el holograma de aquellos días en los que un país en decadencia bailaba al compás de un helicóptero huyendo.
Esta maravillosa novela de Esther Cross nos ayuda a mantener fresca la memoria y sus continuidades, advertir las repeticiones y valorar las rupturas
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