Daiana, de qué planeta viniste. Claudio "Turco" Cherep
Prefiero siempre las novelas. Y para que un cuento me guste tiene que cumplir dos condiciones, a primera vista contradictorias: que sea redondo (como una pelota) y, al mismo tiempo, que deje abierta la posibilidad de convertirse en una novela que me cuente más sobre esos personajes. Eso es exactamente lo que me pasó con este libro del Turco.
En estas páginas, el Turco reúne catorce novelitas en potencia —y dos prólogos que, ¡mamita!— que una quisiera seguir leyendo. Está el fútbol, claro, pero también laten los ecos de una ciudad y de una región: su Colón (el campeonato y el descenso), Maradona, su menotismo, la corrupción de estos lares, Perón y Evita… en fin, el Turco en estado puro. Y, de paso, algunas mujeres que se cuelan en sus relatos futboleros.
El martes 12 de agosto, a las 19.30, vamos a estar, él y yo, presentando estos cuentazos en Tribus. Ahí nos vemos.
Claudio "Turco" Cherep. Daiana, de qué planeta viniste y otros cuentos de fútbol. Punto de Encuentro, 2025
Sinopsis de la editorial:
...Y entonces llega el Turco Cherep desde Santa Fe, desde Barrio Roma, frente al Parque Garay, escribiendo y contando historias. El Turco ya había fascinado con La Pulpo, ese libro que supe compartir en "Todo con afecto", atrapado por aquellas misceláneas, aquellos cuentos, aquellas opiniones, que tenían siempre al fútbol dando vueltas en cada esquina.
Se trata de un militante peronista. Un hombre genuino de barrio al que conozco muy bien. Ese hombre común que tan bien describía el gran Osvaldo Ardizzone, que siempre rescata la vocación impar de los vencidos, el valor de los perdedores.
Del prólogo de Alejandro Apo
Despabilen las vísceras, llenen de viento a las lágrimas, truenen con los labios, besen a quien sea, díganle al sol que confíe en ustedes. Acá está, en este libro, como oportunidad extraordinaria y mayúscula, como un hueco mágico entre las rutinas densas, como una fiebre que recuerda que a veces vale la pena tener fiebre, la mayor de las invitaciones del mundo. Ni una exageración: la mayor de las invitaciones del mundo. Gentes buenas del sitio que sea: si cabalgan sobre estas páginas con cuidado y con confianza, con paciencia y con urgencia, les ocurrirá algo que justifica tanto a la literatura como a la vida. Gentes buenas, es así: se van a enamorar.
Del prólogo de Ariel Scher
0 comentarios: