La madre de Frankenstein. Almudena Grandes
Almudena Grandes tiene la buenísima costumbre de, al final de sus libros, contarnos qué partes son reales y cuáles fruto de su imaginación (aunque siempre esté construida sobre hechos bien ciertos). También nos habla de sus deudas hacia libros y personas que hicieron posible sus textos. Lo que siempre me pregunto mientras la leo (y mientras la leo siempre lloro) es cómo hace en sus procesos de investigación y escritura para salir indemne, si es que lo hace.
La madre de Frankenstein es la quinta y penúltima entrega de los Episodios de una guerra interminable. Me abdujo, como vengo siendo abducida con cada uno de estos libros. En alguna otra reseña, ya no recuerdo cuál, escribí algo que me pasa con la literatura española sobre la guerra civil. Era algo así como que tiene una intensidad que se debe a mucha razones, pero una de ellas era la falta de un proceso de Memoria-Verdad-Justicia que tuvimos por estos pagos y que derivó también en otro tipo de literatura. En fin, no sé; es una hipótesis que tampoco elaboré demasiado.
No podría decir si esta es la mejor novela de las cinco publicadas hasta ahora; se editan cada dos años aproximadamente, y se me van perdiendo detalles. Lo que no pierdo son las sensaciones que me quedan luego de cada una: la tristeza, la bronca y también la celebración de que se escriban estos libros y que yo pueda disfrutarlos.
El estado franquista, la psiquiatría y la iglesia católica fueron un combo letal especialmente para las mujeres. Como se dice en la novela, en los años 50 se fusilaba menos y había menos encarcelados, pero el clima se tornaba asfixiante, con una moral represiva hasta en los detalles más insignificantes de la vida cotidiana, otra vez, en particular para las mujeres. La resignación y el abatimiento fueron su consecuencia más palpable, pero la resistencia y las pequeñas heroicidades también.
Almudena Grandes. La madre de Frankenstein. Tusquets, 2020
Resumen de la editorial:
En 1954, el joven psiquiatra Germán Velázquez vuelve a España para trabajar en el manicomio de mujeres de Ciempozuelos, al sur de Madrid. Tras salir al exilio en 1939, ha vivido quince años en Suiza, acogido por la familia del doctor Goldstein. En Ciempozuelos, Germán se reencuentra con Aurora Rodríguez Carballeira, una parricida paranoica, inteligentísima, que le fascinó a los trece años, y conoce a una auxiliar de enfermería, María Castejón, a la que doña Aurora enseñó a leer y a escribir cuando era una niña. Germán, atraído por María, no entiende el rechazo de ésta, y sospecha que su vida esconde muchos secretos. El lector descubrirá su origen modesto como nieta del jardinero del manicomio, sus años de criada en Madrid, su desdichada historia de amor, a la par que los motivos por los que Germán ha regresado a España. Almas gemelas que quieren huir de sus respectivos pasados, Germán y María quieren darse una oportunidad, pero viven en un país humillado, donde los pecados se convierten en delitos, y el puritanismo, la moral oficial, encubre todo tipo de abusos y atropellos.
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