Las tres vanguardias Ricardo Piglia


Había postergado esta lectura hasta haber visitado al menos un poco a Gombrowicz y a Macedonio Fernández, revisitado a Arlt, Borges y a otros autores que cada libro de Ricardo Piglia (ficción, clases, ensayos) me sugirió. Pero no puedo leer todo lo que quiero y esas "exigencias gustosas" que a veces me impongo son superadas por el trabajo, las obligaciones, la pena.

Piglia se murió este viernes y me resulta muy difícil expresar el pesar que eso me causó. Porque ¿quién era Piglia para mí? Nadie más, nadie menos sobre todo, que un señor atrapado en cientos de páginas.

Me quedo con algunas de las (pocas, ¿eh?) cosas que leí a raíz de su fallecimiento. Una: un escritor que me enseñó a leer, de grande, mucha literatura argentina. Dos (y creo que voy a parar acá): una pequeña crónica, un breve sentir de Leila Guerriero sobre el funeral de don Ricardo.

Este libro, último que me quedaba en casa sin leer de Piglia, son once clases dictadas en el año 1990 en la UBA. Las tres vanguardias son las que protagonizaron tres autores que con más o menos énfasis, han marcado mis lecturas, o mi vida, digamos.

Juan José Saer y Rodolfo Walsh sin duda. Manuel Puig, menos leído por mí, me falta ahí un poco más de conocimiento, pero tengo una base y leí el libro que Piglia usa de referencia en estas clases.

Tres vanguardias, tres poéticas distintas, tres escritores tan opuestos en sus formas de creación y, sobre todo, en sus formas de recepción (mi recepción, mi ser-lectora).

Cuando leía estas clases, la lectura que hace Piglia en aquellos momentos sobre la relación entre la literatura y los medios de comunicación de masas, pienso en el país en esos momentos, parecido aunque creo menos furioso que el de hoy, pero también en que a Saer le quedaban 15 años de vida y sin embargo la mirada de Piglia sobre su "gran novela póstuma" es de una visión impresionante; que Puig había muerto hacía unos pocos meses y que Walsh había sido asesinado unos trece años antes. Y pasados otros 25 años y más de aquellas clases, nadie, nadie, pudo leer, establecer relaciones, enseñar, sobre estos tres vanguardistas como lo hizo Piglia.

Es que es leerlo, además, y estar escuchándolo, esa voz con suave autoridad, como cuando los sábados a la noche teníamos el lujo de escucharlo dar clases de literatura en la televisión pública. Ay, basta de pérdidas.

Yo no lo conocí como Leila Guerriero, o como tantos otros que viernes y sábado, y no mucho más, escribieron su despedida al amigo o al maestro.

Mi ser-lectora despide con igual pena y cariño a un tipo que me enseñó a leer de un modo diferente, con sus clases, sus ensayos, sus novelas y sus diarios.

Adiós, don Ricardo.

Sobre Saer










Sobre Puig



Sobre Walsh





Conclusiones de la última clase


Ricardo Piglia. Las tres vanguardias. Saer, Puig, Walsh. Eterna cadencia, 2016

Resumen de la editorial
Este volumen reúne las once clases del seminario que dictó Ricardo Piglia en la Universidad de Buenos Aires en 1990. Los textos se proponen como un punto de partida para abordar los problemas que se plantean en la discusión contemporánea sobre la poética de la novela, con el concepto de vanguardia como contexto, en un momento en que se repite que ya no hay vanguardia y que esa posición ha sido superada por otras.
Después de cerrado el período de constitución de las grandes poéticas “argentinas” de la novela iniciado con Macedonio Fernández y que tiene entre sus figuras a Arlt, Marechal, Borges y Cortázar, se empiezan a constituir otras poéticas. Piglia toma las obras de Walsh, Puig y Saer como textos centrales en la constitución de estas otras poéticas y desde ahí intenta definirlas, con sus continuidades y cortes. En los debates sobre la novela, la figura de lector, la relación entre política, ficción y Estado y la tensión entre novela y narración son algunas de las grandes discusiones. Saer, Puig y Walsh se presentan como tres respuestas y tres poéticas muy distintas a estos problemas. Cada uno ha definido su espacio de un modo específico y se ha constituido en sus relaciones con la tradición y los medios de masas de una forma particular.
Una obra extraordinaria que combina la lucidez del mayor crítico y narrador de la Argentina con la claridad expositiva y calidez que impone el discurso oral.


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