El hombre duplicado. José Saramago


Leí apenas a Saramago. Primero fue Historia del cerco de Lisboa, hace muchos años. Después de leer, si no me traiciona la memoria, Caín, me compré El evangelio según Jesucristo, porque me parecía que valía la pena continuar con el autor. Fue pasando el tiempo, fueron pasando los temas, fueron pasando los libros y ahí sigue, esperando.

Hace un par de semanas, de vacaciones y visitando a mis compañeros de sindicato, me sorprendió que allí llegara una caja, enviada desde Goya por mi amiga Josefina. Caja de libros que ella había separado para mí cuando se desarmó la biblioteca del diario El Litoral, y se había olvidado de darme. Me dio, antes, muchos otros, ya lo conté en algunos post. En aquellas y en esta caja Josefina separó para mí, porque me conoce: sindicalismo, dictadura, peronismo, derechos humanos, comunicación, muchos de ellos libros que atesoro, porque son ediciones dedicadas por el autor al diario y que se remontan a los años 40. Y Josefina incluyó en su selección unos pocos libros de ficción, aunque los hubo. Este de Saramago vino en esta última caja inesperada, que mi amiga se olvidó de dame cuando se mudó a Goya y la mandó desde allá de nuevo. No tiene el sello del diario así que no sé si se le pasó y era suyo o simplemente se le pasó a la bibliotecaria del diario catalogarlo. Pero, en fin, este blog no es de reseñas, me gusta mostrarme en lo que leo pero también en algunas oportunidades contar cómo elijo tal libro, tal autor. Y este es un libro discordante entre los de la caja. Y ahora, gracias Josefina y vamos a El hombre duplicado.

Novela agobiante pero divertida. Enrevesada, me parece una palabra apropiada. Me lleva a pensar qué cosas nos pasan cuando algo, por ínfimo que sea, se fuerza para que rompa la rutina, el tedio, el hastío. Sé que el fondo de la novela tiene más que ver con la identidad, pero yo leí además esas cosas que magnificamos (generalmente en la cabeza y en la imaginación, pocas veces en la práctica) cuando en la vida dominan la soledad y, otra vez, la rutina, el tedio, el hastío.





José Saramago. El hombre duplicado. Punto de Lectura, 2008

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