Oscuramente fuerte es la vida. Antonio Dal Masetto


Cuando leo sobre la segunda guerra mundial; cuando leo sobre inmigración, especialmente italiana a la Argentina; cuando leo sobre ciertos paisajes y ciertas mujeres y ciertas cotidianidades; cuando leo sobre todas esas cosas, siento lo mismo. Y es:

Primero: una angustia profunda que se dispara para varios lugares. La angustia va hacia esas vidas, esos paisajes, esas vacas, esas laderas, esas casas precarias, que ya me había contado Natalia Ginzburg. La angustia vaga también por otras angustias conocidas de pérdida irreparable: ya no me quedan fuentes de primera mano para conocer la historia de mis nonos y de tías y tíos en aquellas campiñas. Google no lo puede todo.

Segundo: la casa. Esta foto tomada en 1974 de lo que quedaba en la casa en que nació mi viejo hace más de 70 años. Esa casa en la que hubo hambre, hubieron hijos, quién sabe si amor. La casa.

Tercero: angustia e imaginación desbordada. Ahí, en esa casa, el nono decide venir a probar suerte y deja a sus dos hijos. La nona haciendo los trámites, recibiendo una carta, dos, cinco, diez cartas desde Argentina. La nona yendo a hacer el pasaporte; el día de la foto con papá y la tía Ana. Angustia. Imaginación.

Cuarto: la guerra. El racionamiento. Los disparos. Los bombardeos. El hambre. Todo, todo lo que no sé y las novelas y memorias de los héroes anónimos. Y las dudas. Quién pudiera hacer el viaje (no sólo material) que hizo Javier Cercas en  El monarca de las sombras: no sé si mis parientes fueron en Italia partisanos, fascistas, indiferentes. No lo sé y tampoco tengo pistas aún.

Quinto: la angustia otra vez, y la casa, y la nona allí, y yo que quise pero no pude o no supe darle voz. Porque aquí empecemos a decir algo de Oscuramente fuerte es la vida. Antonio Dal Masetto le da voz a su madre desde su infancia hasta el momento en que, un año después que su marido (como la nona), arranca viaje para Argentina con su hijo (Guido en la novela) y su hija (como la nona).

Sentí urgencia por leer esta novela tras leer Antonio, el duelo de Guillermo Saccomano por Dal Masetto. Ahora tengo premura por leer las otras dos de la llamada “Trilogía de Ágata”. Ya tengo una de ellas, falta otra. Voy a esperar al menos un libro más en medio. Hay que calmar la angustia. 





Antonio Dal Masetto. Oscuramente fuerte es la vida. El Ateneo, 2011 (1990)

Resumen de la editorial
Desde el pueblo de una provincia argentina, que se insinúa pero no se nombra, una mujer teje con los firmes hilos de su memoria la trama de su vida. Agata evoca su infancia en otro pueblo, donde nació, en Italia, y cómo el tiempo de la historia del mundo atravesó el de la suya.
La partida de sus seres queridos se enlaza con la Gran Guerra; el despertar al amor, con las luchas obreras y la llegada del fascismo. La voz conmueve porque se mantiene firme mientras urde los recuerdos heroicos y tiernos, épicos y líricos, de una mujer que enfrenta con el mismo valor los bombardeos y el desafío de dejar su mundo para partir hacia América. 

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