Qué bonitas historias escribe Salomé Esper 😍. En cada cuento hay una novela en potencia: si me deja con ganas de saber más de sus personajes, si me quedo deseando seguirlos un poco más, entonces (aunque esa falta quede ahí) para mí es un buen cuento. Y eso es lo que me pasó con estos.
¿Qué habrá pasado en el matrimonio de Carla y Mario? ¿Cómo habrán sido los hijos que vinieron después para Ana y Manuel? ¿Habrá logrado Berta superar su soledad? ¿Y esas hermanas (las adultas y las más jóvenes) cómo las marcó ese descubrimiento, de qué modo aquel amor unió y separó a unas y a otras?
En fin, con los cuentos siempre quiero más.
4,5/5🎗Salomé Esper. Querer es perder. Sigilo, 2025
Sinopsis de la editorial:
Cuidado con lo que se desea, parecen advertir estos cuentos, porque los deseos, además de cumplirse, pueden desatar fuerzas asombrosas y extrañas. Los siete relatos de este libro son inolvidables y cada uno logra dejar esa impresión por caminos distintos. Con una destreza narrativa original y deslumbrante, Salome Esper sabe jugar por igual con géneros y emociones: provoca una fascinación incomoda en un gran melodrama familiar, el alivio del final feliz en una hermosa comedia costumbrista, el llanto y la risa en un cuento de realismo fantástico, una delicadísima ternura en una fabula para adultos protagonizada por un papa aficionado a la pesca, entre otras sorpresas. Sus personajes, contradictorios y adorables, bastante grises, son seres que esconden su sensibilidad extraordinaria en vidas atrapadas en una trama de vínculos y entornos convencionales: la familia, los amigos, la pareja, el barrio o el club. Hasta que algo inaudito ocurre que los hace brillar o revelar su hilarante oscuridad. Si con La segunda venida de Hilda Bustamante, su formidable debut como novelista, Salome Esper demostró que había una gran narradora en la poeta que ya era, en Querer es perder lleva aun mas lejos su talento imaginativo, hondo, travieso, y empieza a expandir un universo ficcional a fuerza de belleza formal y una voz enteramente propia.
Me metí en Tres días de junio con la sensación de estar entrando en una historia aparentemente normal, sobre gente normal. Y eso está muy bien.
La protagonista es una mujer áspera, poco afecta a los sentimentalismos, que en la víspera de la boda de su única hija (un día que para ella debería ser bastante ordinario) ¿renuncia?, ¿la despiden? de su trabajo. Ese gesto inicial, ambiguo y seco, marca el clima de la novela.
Todo lo que parecía encaminarse a una jornada corriente se va al tacho. El desorden se profundiza con la llegada de su exmarido con una gata y un episodio en la relación de los novios que la retrotrae a su propio divorcio.
Sencilla y ágil, Tres días de junio es otra crónica de la vida familiar que Anne Tyler construye con maestría y su humor de siempre, apoyada en pequeños desajustes cotidianos que revelan las grietas y persistencias de los vínculos.
3,75/5🎗
Anne Tyler. Tres días de junio. Lumen, 2025
Sinopsis de la editorial:
Gail Baines ha tenido un mal día. No está segura de si ha dejado su trabajo de forma voluntaria o si la han echado. Es la víspera de la boda de Debbie, su hija, y esta no ha tenido la delicadeza de invitarla al día de spa organizado por su futura consuegra. Para terminar de rematar todo, su exmarido Max se ha instalado en su casa sin avisar, cargado con un gato y sin tan siquiera un traje para asistir a la boda. Pero la verdadera crisis llega cuando Debbie les confía un secreto, del que acaba de enterarse, sobre su futuro marido, que podría dar al traste con el enlace, además de remover el pasado de Gail y Max.
Una novela construida sobre las alegrías y los sinsabores del amor, el matrimonio y la vida familiar, narrada con la sensibilidad, el mordaz sentido del humor y la maestría de la ganadora del Premio Pulitzer.
Joyce Carol Oates no tiene pruritos a la hora de describir las situaciones más abyectas. Es realmente revulsiva por momentos. Y, sin embargo…
Porque ahí, afuera de las páginas de este y de todos sus libros, existen señores Fox que seducen a Pequeñas Gatitas. Oates desafía a quienes leemos a demorarnos, página tras página, en escenas donde un amable, simpático y carismático profesor seduce a niñas de distintos entornos sociales en una academia de elite.
Hablo de desafío y hablo de sensaciones asqueantes porque eso provoca. Y digo sin embargo porque Oates es una maestra que se toma su tiempo para hacernos sentir el horror que en muchas situaciones se vive con naturalidad e incluso con cierta belleza, pero que casi siempre pasa desapercibido.
Y además: la manera de tejer la trama, de hilar las voces. Joyce Carol Oates. Qué más decir.
5/5🎗
Joyce Carol Oates. El señor Fox. Alfaguara, 2025
Sinopsis de la editorial:
Francis Fox es un encantador profesor de inglés recién llegado a la idílica y exclusiva Academia Langhorne. Capaz de seducir con su carisma a casi todo el mundo, el profesor Fox también despierta la intriga de muchos sobre sus enigmáticos orígenes. Cuando dos hermanos descubren el coche de Fox medio sumergido en un estanque y partes de un cuerpo sin identificar esparcidas por los bosques cercanos, toda la comunidad empieza a hacerse preguntas inquietantes sobre su verdadera identidad.
Una vertiginosa historia de crimen y complicidad, venganza y justicia, en la que Oates también ilumina los rincones más oscuros de la psique humana y plantea profundas cuestiones morales sobre las respuestas que exige el mal.
Francis Fox, un personaje tan magnéticamente diabólico como el Tom Ripley de Highsmith y el Humbert Humbert de Nabokov, hechiza y manipula a casi todos los que le rodean, hasta que por fin conoce a alguien a quien no puede engañar. Escrita con el característico estilo intimista y arrollador de Oates, El señor Fox es un triunfo de artesanía literaria y arte, una novela tan profunda como propulsiva, tan conmovedora como llena de misterio.
Mujeres y justicia poética: esas dos palabras podrían definir Katie y buena parte de las obras de Michael McDowell que leí. Dos antagonistas, Philo y Katie, se cruzan a finales del siglo XIX en distintos lugares de los Estados Unidos. Una, pobre, huérfana y de un puritanismo incierto; la otra, de pocas luces, con poderes adivinatorios y una maldad casi instintiva.
¡Qué gran novelón! Sumergirse en un libro de McDowell es entrar en una literatura que parece ya no escribirse: te abduce con sus aventuras, sus personajes inolvidables y, por supuesto, con su cuota inevitable de horror.
(El arte de tapa de los libros de La Bestia Equilátera es siempre un plus).
5/5🎗Michael McDowell. Katie. La bestia equilátera, 2024 (1982)
Sinopsis de la editorial:
Cuando recibe una carta con un desesperado pedido de auxilio, Philo Drax no duda en hacer un urgente viaje de rescate: Katie Slape, una asesina en serie con poderes paranormales, está a punto de terminar con la vida de su abuelo y apoderarse de su dinero. La decisión de enfrentar a la homicida resulta por completo temeraria, y encamina a Philo al destino de volverse una verdadera heroína. Porque… ¡nadie escapa a los golpes del martillo de Katie!
Consagrado por su novela de culto Los Elementales, y sus guiones para Tim Burton —Beetlejuice y El extraño mundo de Jack—, Michael McDowell retorna con otra magistral historia de sangre, horror y codicia. Katie, auténtica maravilla de estilo, es una novela de una brillantez escalofriante. La extraordinaria creación de sus personajes, los diálogos exquisitos, un ingenio vertiginoso sabiamente equilibrado por una cuidada y paciente artesanía narrativa componen esta truculenta proeza que logra estremecernos con el terror de lo humano.

¿Puede una mina de derecha ser feminista? Muchas nos lo preguntamos y, casi en automático, respondemos que no. Pero Melina Vázquez y Carolina Spataro deciden correrse del prejuicio para entender qué hay detrás de esa identificación. Durante un año conversaron con distintas generaciones de mujeres que se asumen de derecha (desde las “señoras” hasta las “pibas”), votaron a Javier Mil3i y aun así sostienen sus agendas dentro de la tradición del llamado “feminismo liberal”.
El trabajo de Vázquez y Spataro (que difícilmente sea retribuido desde la orilla opuesta hacia las “zurdas”) muestra no solo diferencias generacionales, sino también de estrategia: en la relación con los partidos, en la intervención pública y en el modo de comunicar. Sin embargo, todas las vertientes de este feminismo comparten un eje central: lo económico. Ese es el punto que explica por qué acompañan al presidente, pese a las múltiples incomodidades que les generan los Laj3 de la vida o la forma en que las mujeres aparecen en las listas de LLA.
Un libro necesario para leer sin prejuicios, incluso (o sobre todo) cuando cuesta.
4/5🎗
Melina Vázquez & Carolina Spataro. Sin padre, sin marido y sin Estado. Feministas de las nuevas derechas. Siglo XXI, 2025
Sinopsis de la editorial:
Tendemos a pensar las nuevas derechas sobre el molde de las viejas, como espacios asociados con agendas conservadoras, poco permeables a las luchas feministas o de las minorías, y que interpelan mayormente a varones jóvenes. Pero en las nuevas derechas no solo hay mujeres, sino también militantes feministas que reivindican su pertenencia y sus banderas con convicción. Este libro se sumerge de lleno en ese universo, hasta ahora invisible o subestimado.
Melina Vázquez y Carolina Spataro se encontraron con estas mujeres en un acto por el 8M y a partir de entonces siguieron sus historias de vida, el momento en que ingresaron a la política, los grupos de discusión que construyeron en partidos, fundaciones y centros de formación porque tienen muy claro que en el liberalismo faltan minas. Así, se despliega una heterogeneidad de perfiles y generaciones: las señoras de 60 que vienen de la élite, las mujeres de 30-35 marcadas por el Ni Una Menos, el Me Too y las luchas por el aborto legal, las pibas de 20 las más picantes interpeladas por la sensibilidad libertaria y crítica del Estado que emergió con fuerza en la pandemia.
Buscando entenderlas, las autoras leyeron los libros que estas mujeres leen para nutrir su propio activismo contra lo que llaman el feminismo de las zurdas, pero también contra los referentes más reaccionarios de sus espacios, como Agustín Laje. Las escucharon promover el empoderamiento y la autonomía femenina mediante cursos de defensa personal y educación financiera, y llamar a disputar lugares en el mercado y la política en función del mérito. Las vieron incómodas frente a una deriva conservadora que no las representa.
Al intentar comprender ese activismo en sus propios términos en vez de aplicarle el feministómetro, Sin padre, sin marido y sin Estado nos revela la zona menos conocida y analizada de las nuevas derechas.